La Calle Nueva
La primera calle paralela a la avenida
Jorge Chávez, hacia el centro, es aún la Calle Nueva que comienza en la calle
Muñoz Nájar y desciende con sus cuatro cuadras hasta lo que era la plazuela del
Asilo Lira. Le dieron esa denominación, porque fue una novísima calle cuando la
abrieron en la segunda mitad del siglo diecisiete.
Tanto las casas de la Calle Nueva como
las de sus transversales eran, hacia 1940, grandes solares de sillar, con
techos abovedados los más antiguos. Algunos estaban ocupados por familias de
propietarios de negocios y de tierras y de profesionales de éxito. Pero la
mayoría habían sido convertidos en vecindarios por la desintegración de las
fortunas de sus dueños a causa de la herencia, la necesidad y otros avatares.
Muchos de ellos se habían visto obligados, por lo tanto, a convivir con una
multitud de familias de empleados, obreros, artesanos, maestros, policías,
ínfimos comerciantes y profesionales de menguados recursos, que alquilaban una,
dos o más habitaciones. En los demás barrios de la ciudad sucedía otro tanto.
Las grandes mansiones de los ccalas3 adinerados se fueron quedando como
islotes en algunos barrios y calles.
Para los niños y jóvenes, que residían
en viviendas alquiladas, la calle era una prolongación de sus reducidas
habitaciones y de los patios y corredores de sus casas. Conformaba un espacio
común, acogedor y moderno por el asfaltado. Allí también vivían, vale decir, se
reunían, jugaban, conversaban, planeaban sus travesuras los chicos y sus
aventuras los más grandes, buscaban vislumbrar lo que eran ellos en la
sociedad, y soñaban con conquistar la fantasía, eso que parecía imposible, y
dominar el destino, aunque tuvieran que comenzar y recomenzar cada día desde
abajo y sin nada.
Una costumbre de numerosos niños y
jóvenes de esas moradas era estudiar paseando por calles, avenidas y parques
desde el amanecer hasta la hora de ir al colegio. Otros, más imaginativos, se
iban a las chacras contiguas y algunos se quedaban en las azoteas de las casas
donde vivían. Sus padres los despertaban muy temprano, puesto que tanto ellos
como sus hijos consideraban normal estudiar, y con más intensidad en los
períodos de exámenes, un hábito complementado en muchos hogares con la lectura
de revistas y libros traídos, sobre todo, de la Argentina por el ferrocarril
que unía el puerto de Mollendo y la ciudad de Arequipa con la ciudad de Buenos
Aires.
[…]
De
los vecindarios afluía a calles y plazas y a la Plaza de Armas la mayor parte
de las muchedumbres cuando se tenía que defender la libertad y la dignidad del
pueblo amenazadas o rechazar las medidas perjudiciales a su economía o a los
intereses de la ciudad.
Así se forjó, en la Arequipa de ese
tiempo, la materia prima humana popular: estudiosa, tesonera, osada y altiva.
(De La Calle Nueva, Lima, Edial,
2004; Grijley, 2007)
MELODÍA
DE ARRABAL
Tango,
1932
Música,
interpretación: Carlos Gardel
Letra:
Alfredo Le Pera, Mario Batistella
Barrio
plateado por la luna
Rumores
de milonga
Es
toda tu fortuna
Hay
un fuelle que rezonga
En
la cortada mistonga
Mientras
que una pebeta
Linda
como una flor
Espera
coqueta
Bajo
la quieta luz de un farol
Barrio,
barrio
Que
tenés el alma inquieta
De
un gorrión sentimental
Penas,
ruegos
Es
todo el barrio malevo
Melodía
de arrabal
Viejo,
barrio
Perdona
que al evocarte
Se
me pianta un lagrimón
Que
al rodar en tu empedra'o
Es
un beso prolonga'o
Que
te da mi corazón
Cuna
de tauras y cantores
De
broncas y entreveros
De
todos mis amores
En
tus muros con mi acero
Yo
grabe nombres que quiero
Rosa,
la milonguita
Era
rubia Margot
En
la primera cita
La
paica Rita
Me
dio su amor
Barrio,
barrio
Que
tenés el alma inquieta
De
un gorrión sentimental
Penas,
ruegos
Es
todo el barrio malevo
Melodía
de arrabal
Viejo,
barrio
Perdoná
si al evocarte
Se
me pianta un lagrimón
Que
al rodar en tu empedra'o
Es
un beso prolonga'o
Que
te da mi corazón
https://www.youtube.com/watch?v=kmnw-dGA9Kw
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