COMPETIR A LA VEZ QUE CREAR Y MEJORAR EL EMPLEO
Revista Jurídica "Docentia et Investigatio" , 2004.
Facultad de Derecho U.N.M.S.M.
Por : Dr. José Horna Torres
Profesor Principal de la
Facultad
SUMARIO: 1.-Descripción de la realidad. 2.- Planteamiento del problema. 3.- Objetivos 3a.- Objetivo general. 3b.-Objetivos específicos. 4.- Justificación. 5.- Delimitación. 6.-Definición del tipo de investigación. 7.- Marco teórico. 7a.- ¿Qué pasa con el empleo? 7b.-Se busca buenos empleos. 7c.- El sub empleo. 7d.- Marco conceptual. 8.- Formulación de hipótesis. 8a.- Hipótesis general. 8b.-Hipótesis específicas. 9.- Recolección de datos. 10.- Población y muestra. 11.- Comentario final. Conclusiones. Recomendaciones. Entrevista de opinión.
I. DESCRIPCIÓN DE LA REALIDAD.
El tema en cuestión está
inmerso dentro del gran tema del trabajo; y, éste a la vez vinculado
directamente al tema del empleo. El trabajo como aptitud exclusiva del ser
humano, ha ido evolucionando a través de todos los tiempos[1]; desde un simple quehacer
pasando por ser una actividad consciente y deliberada, hasta una acción
realizadora y creadora del hombre[2]. Después se empezó a
hablar de un derecho hasta que ahora en casi todas las Constituciones del mundo
se establece que el trabajo es un Derecho y no sólo tal, sino también un deber[3].
Por su parte los Derechos han
ido también evolucionado, desde las llamadas garantías sociales, individuales,
derechos liberales, derechos del hombre, hasta que en la Conferencia de Ginebra
de 1948 se dio inicio a la denominación de Derechos Humanos, los mismos que en
las Constituciones como en la peruana se vienen clasificando en Derechos
fundamentales como el Derecho a la vida, al honor, a la dignidad; Derechos
Sociales como la familia; Derechos económicos como el Trabajo, y, Derechos
Políticos como el Derecho al voto. En tal sentido el trabajo es pues un Derecho
humano de carácter económico. Quedaron atrás por tanto las doctrinas como de
Adam Smith y David Ricardo hasta Jhon Maynar Keynes con su teoría del
multiplicador, que consideraba al trabajo como una simple mercancía; para
imponerse una corriente humanizadora que mire a éste y al trabajador como un
derecho humano y como un valor en sí respectivamente. Por ello en el preámbulo
de la Constitución de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) aparece
ya este concepto del trabajo, dentro de esta nueva concepción, que hoy es
reconocida y aceptada por todos los países civilizados del mundo[4]. Esta nueva concepción que
la vinculamos con el tema del empleo, en tanto que este involucra a personas
humanas que trabajan, que perdieron su trabajo o que están desempleadas o que
simplemente lo desempeñan en condiciones de minusvalía es decir, de sub-empleo.
En efecto, el tema del empleo en América Latina y el Caribe presenta en sus
modalidades de desempleo y sub-empleo cada vez tasas de crecimiento más
alarmantes. Se estima que para el año 2005 la oferta de empleo de jóvenes que
intervienen en el mercado de trabajo habrá crecido alrededor de 150 millones.
En nuestro país el empleo se
encuentra en una situación alarmante e incomprendida. Por un lado, los voceros
oficiales tratan de justificar tales carencias, argumentando que no hay mayores
problemas; y por el contrario dando a la colectividad esperanzas, tratando de
disimular y paliar tal situación. Mientras que por otro lado observamos en la
realidad marchas y contramarchas de desempleados, despedidos informales,
sub-ocupados que claman y gimen por tan magra situación que pasan. La
influencia de estos hechos e informaciones contradictorios desarticulan los
requerimientos sociales de la comunidad por lo que se hace necesario recurrir a
las fuentes, datos y estudios pertinentes para el análisis del empleo en sus
diversas modalidades, tales como la Encuesta Nacional de Hogares[5] que nos proporciona
información elemental sobre empleo, desempleo y sub-empleo; la Encuesta
Permanente de Hogares[6] que presenta estimaciones
sobre el desempleo y sub-empleo con muestras de 5000 por trimestre.
Estas fuentes podrían ser
consideradas como duplicidad de información, sin embargo, no resulta ser así,
por su delimitación geográfica y enfoque en el análisis conceptual; y, la
Encuesta de Variación Mensual del Empleo[7] labor que vienen
realizando desde hace más de 30 años teniendo en cuenta la diversidad de
empresas y por lo mismo de trabajadores con datos e indicadores importantes
para la comprensión del análisis.
Por su parte en cuanto a la
relación Población-Empleo, observamos que Lima-Metropolitana que alberga la
mayor población del Perú, cerca de siete millones, a partir de 1990 la PEA ha
crecido casi 4 veces, es decir, de más de un millón en 1990 a más de cuatro
millones actualmente.
¿Podemos en consecuencia imaginar
la urgencia en la torna de decisiones y el nivel de inversión, para atender
esta ola de población?
En cuanto al ámbito nacional
la PEA a partir de más de 14 años muestra un crecimiento de aproximadamente
tres veces. Tal situación no ha acontecido v.g. en países como el caso de Costa
Rica y Chile donde las decisiones han sido más oportunas y se ha manejado
variables y mecanismos de controles rigurosos en el desarrollo de la estructura
de la Sociedad.
Como se aprecia, el desempleo,
el subempleo crecen sin cesar. En tal sentido los desempleados que son los que
buscan trabajo activamente son en un 90% trabajadores con experiencia; pero
lamentablemente lo más grave en nuestra patria es el sub-empleo y la
informatización del trabajo[8]. En este orden de ideas, los
puestos de trabajo valen decir los empleos son cada vez menos durables y por lo
tanto mayor no sólo la rotación laboral, sino lo que es más triste el abandono
social de quienes de pronto pierden sus empleos.
Por otra parte, el Perú es un
país agrario, si tenemos en cuenta que un tercio del empleo está ocupado por
las áreas de menor población, y los lugares más pobres de la sierra y la selva.
El sector que podríamos
llamarle MODERNO cuenta con el empleo agrícola ubicados en la costa
especialmente Lima y algunas otras ciudades costeñas con instalaciones de
centros de engorde además de la producción vacuna y avícola. De este modo en la
sierra, y en costa respectivamente somos productores de papas y pollos. Sin
embargo, la quiebra de las cooperativas azucareras del Norte del Perú nos ha
convertido en importadores de azúcar especialmente de Colombia.
En cuanto a la producción del
algodón no hubo buen desempeño, pese a las preferencias arancelarias con
EE.UU., pues la cosecha en los dos últimos años se redujo a 500 hectáreas
alcanzando el pico más alto en la producción nacional. Y es que el retroceso en
algunos casos; y, en otros el cambio tecnológico produjo el desplazamiento de
la mano de obra productora de bienes y servicios.
En el rubro del comercio
exterior agrario, exportamos maíz duro a pesar de la demanda avícola interna.
Como se aprecia este sector agrario resulta ser el más empleador en especial de
los pobres, constituyendo incluso una esperanza la exportación de nuestros
espárragos a EE.UU.[9].
No acontece lo mismo con el sector pesca que resulta ser el ámbito productivo
menos empleador, no obstante que el 90% de su producción corresponde a la
harina y aceite de pescado. Sin embargo, no podemos negar a este sector su rol
de alimentador de DIVISAS como garantía del mercado internacional.
En cuanto a la industria de la
Construcción viene jugando un rol importante en la captación de mano de obra en
este último lustro 2001-2005 sobre todo con los programas de "Mi
Vivienda" y "Techo Propio". El sector minero por su parte
presenta características homólogas.
En cuanto al sector
industrial, resulta ser éste el más afectado no sólo por la diferencia
tarifaria en el mercado internacional, sino por la influencia de las
importaciones del mercado asiático a lo que agregamos los bajos niveles de
competitividad de nuestra industria nacional.
Respecto al sector servicios
que constituye el empleo productor de toda clase de servicios, resulta ser el
más significativo, toda vez que como señalan los estadistas nacionales, absorbe
más de la mitad del empleo nacional, abarcando los dos tercios del empleo
urbano[10]''
Como se aprecia nuestra
realidad nacional en materia de empleo está inmersa en la realidad
latinoamericana y está de acuerdo al fenómeno de globalización y/o
mundialización a nivel planetario. Por lo tanto, en la actualidad no podemos
ignorar lo que viene aconteciendo en los demás ámbitos fuera del ámbito
nacional.
En tal virtud, los cerca de
diez millones de trabajadores que integran la PEA Nacional se encuentra
laborando a lo largo y ancho del territorio nacional distribuidos de acuerdo al
último Censo Nacional[11]. Esta última nomenclatura
viene actualizándose a través de sendas cifras que anualmente viene publicando
el Instituto Nacional de Estadística e investigación, así como otros estudios
de investigación que completan tales índices[12].
II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Como se aprecia el tema de la
creación de trabajo es el continente del tema del empleo y sus variantes el
desempleo; subempleo y el pleno empleo en sus diversas modalidades. Es en este
marco de referencia en el que transita la fuerza laboral del Perú tanto pública
como privada.
Entonces ¿Cómo crear trabajo,
es decir, empleo en un ambiente geográfico como nuestro país, tan diverso,
contradictorio hasta hostil, no sólo en su devenir histórico sino también en su
presente y proyección futura?
Ante tal realidad, la
situación del empleo se torna difusa por la acción contradictoria de los medios
de comunicación masiva y de los voceros oficiales. Sin embargo, el problema del
empleo arrastra raíces muy profundas, como son, el ajuste externo, es decir la
enorme carga de la deuda externa y por cierto sus discutibles condiciones; la
presión demográfica que oferta sin cesar, mano de obra al mercado laboral; la
estructura productiva que como la hemos presentado en nuestra descripción de la
realidad, desacumula al crecer o no, desarticulada e indiscriminadamente; los
precios contradictorios y adversos al sistema ocupacional del país, etc.
Este problema continúa
insuficientemente enfrentado y atendido por los gobiernos y por todos los
organismos de la Sociedad Civil.
En el espectro político
nacional tenemos la vigencia del modelo económico imperante, que, a nuestro
juicio, tanto el accionar de las fuerzas productivas del país como la acción
del gobierno, poco podrán hacer por empezar a resolver la gran carencia de la
falta de trabajo en nuestra patria, acumulando más bien los acondicionamientos
para promover la casi segura y más aguda crisis del empleo en los próximos
quinquenios.
Entonces planteando nuestro
problema podemos afirmar que: crear trabajo vale decir de empleo, de más y
mejor empleo resulta ser prioritariamente una acción de gobierno compleja, no
sólo por estar determinada por una serie de condicionantes (ajuste externo,
presión demográfica, estructura productiva, precios contradictorios, oferta
indiscriminada al flujo de capitales, nivel y modalidades de exportaciones, amén
del modelo económico) sino porque la decisión gubernamental, requiere de una
redefinición de políticas profunda y sostenida en el corto mediano y largo
plazo.
Entonces podemos formular los
siguientes cuestionamientos, en primer término, respecto al contenido del tema.
¿Qué significa crear trabajo?
o mejor dicho crear fuentes de trabajo? ¿Crear más y mejores fuentes de trabajo?
¿Es lo mismo decir crear empleo? ¿Crear empleo para el que no lo tiene? ¿Cómo
mejorar las condiciones de empleo? ¿Cómo optimizar las relaciones laborales en
el empleo? ¿Cómo viabilizar el empleo? ¿Cómo contrarrestar el desempleo? ¿Cómo
limitar y/o regular el subempleo? ¿Cómo estabilizar el empleo protegido y
libremente elegido? ¿Qué es el pleno empleo? ¿Qué es el empleo productivo?
¿Cómo promover el empleo decente? ¿Cómo definir una adecuada política de
empleo? ¿Cómo crear un seguro de desempleo? ¿Cómo impulsar programas de empleo
nacional y sectorial? ¿Cómo generar mecanismos de competitividad en el empleo?
¿Cómo optimizar el empleo juvenil? ¿Cómo impulsar esta modalidad de empleo? ¿Cómo
atender de manera eficaz la demanda de hombres y mujeres a la generación de
empleo? Y por fin ¿Cómo limitar la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres?,
etc. Ahora algunas interrogantes de carácter explicativo. ¿Hasta qué punto toda
persona tiene derecho al trabajo? ¿En qué medida tiene derecho a la protección
contra el desempleo? ¿Cómo establecer una política destinada a fomentar el
pleno empleo? ¿Cuál es el vínculo entre el derecho al trabajo y el deber de
colaborar en la producción nacional? ¿Cómo garantizar y proteger este derecho?
¿Cómo hacer participar a los trabajadores en la elaboración y aplicación de
políticas de desarrollo económico y social? ¿Cómo conciliar sus intereses y
aspiraciones? ¿Cuál es la función de las tecnologías de la información y
capacitación en el mundo del empleo? ¿Cómo conciliar las políticas en un mundo
globalizado? ¿Cómo enfrentar tales políticas frente al fenómeno de la
mundialización?, etc.
Y por fin algunas de carácter
predictivo
¿Puede la economía de la información
ser fuente de empleo?
¿Cuál será la calidad del
trabajo en la sociedad de la información? ¿Será posible mirar hacia una
economía generadora de empleo? ¿Cómo será o evolucionará el empleo en la
sociedad de la información? ¿Cómo evolucionará el empleo en la era digital?
¿Cuál será la dinámica del empleo estructural en la economía de la información?
¿Cómo empeorará o mejorará el empleo en la próxima década? ¿Cuáles serán las
tendencias del empleo incierto? ¿Cómo configurar y asegurar la recuperación de
empleo? ¿Cuáles serán los nuevos paradigmas del empleo? ¿Cuáles son las
perspectivas del empleo en el Perú y en la región? Y por fin ¿Cómo hacer
posible un margen de seguridad en el empleo a las nuevas generaciones'? ¿Cómo
insertar en el mercado laboral las nuevas formas de trabajo? ¿Cómo conciliar
estas nuevas formas a los nuevos paradigmas del presente siglo XXI?, etc.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
Tanto la globalización como la
mundialización imponen una nueva óptica en las políticas orientadas al fomento
y creación del empleo; por lo mismo se hace necesario estudiar e investigar y a
la vez detectar nuevas fuentes de trabajo a fin de ocupar a la población que en
edad de trabajar busca un empleo decente que limite el desempleo y supere las
remuneraciones insuficientes, el recorte de jornadas o el desajuste ocupacional
que lindan en el subempleo.
OBJETIVOS ESPECIFICOS:
a. Frenar las tasas de
desempleo y subempleo a limites por debajo del 10% y 20% respectivamente, pese
al incremento del empleo, en razón de la oferta de mano de obra en el mercado
laboral.
b. Mejorar la situación del
empleo en el país, incentivando el crecimiento económico que permita crear
puestos de trabajo, a fin de que el porcentaje de personas en edad de trabajar
que cuenten con una ocupación aumente entre 60 y 70%.
JUSTIFICACIÓN
Más de una década he venido
reflexionando sobre la trascendencia del trabajo en la realización de la
humanidad del hombre y por qué no en la manifestación de su personalidad.
Entonces cómo no investigar el
tema del trabajo y su creación, si mediante él se justifica la existencia
social y la creatividad del hombre y se contribuye a su participación en el
desarrollo de las colectividades. Cómo no investigar si las dimensiones del
problema del empleo son colosales, cuya solución no sólo requiere la atención y
enfrentamiento de las políticas de Estado a los condicionantes del empleo, sino
y sobre todo la REDEFINICIÓN de políticas profunda y sostenida.
Cómo no investigar acerca de
este tema, si entramos en una etapa de la nueva economía, la economía de la
información, la economía generadora de empleo, o el pleno empleo en la era digital.
Estas y otras motivaciones
vinculadas a la revolución científica-tecnológica, a los nuevos paradigmas de
esta revolución cultural son los que me han llevado a investigar este
apasionante tema.
DELIMITACIÓN
Geográfica : Lima Metropolitana
Temporal : 2001-2003
Régimen Laboral: Sujeto al
régimen laboral de la actividad privada.
IV. DEFINICIÓN DEL TIPO DE
INVESTIGACIÓN
Empezando por el nivel
exploratorio que ya lo expresamos en la primera parte de la descripción de la
realidad, podríamos continuar con el tipo de investigación descriptiva y
continuar si fuere el caso, con la investigación explicativa.
V. MARCO TEÓRICO
1) Breves referencias
históricas Desde su adopción del Convenio sobre la política del empleo, 1964,
ha sido ratificado por sesenta y ocho estados Miembros.
Este Convenio, complementado
por una recomendación adoptada en la misma reunión y que lleva el mismo título,
sigue ofreciendo una síntesis válida de los principios generales que deben
observarse en la materia. Sin embargo, durante los dos últimos decenios los
problemas del empleo han experimentado sin duda una agravación, y la solución
de los mismos se ha hecho cada vez más difícil.
La brusca disminución del
crecimiento económico provocada por la crisis mundial y por el precio del
petróleo ha acrecentado el desempleo y el subempleo. En África, Asia y América
Latina del 40 al 45 por ciento de la mano de obra total, o sea casi 330
millones de hombres y de mujeres adultos, carecen de trabajo o están
subempleados, particularmente en las zonas rurales.
El panorama es todavía más
sombrío si se consideran las perspectivas futuras, por una parte, a fines del
siglo la población activa ha aumentado al ritmo de 2,5 por ciento anual en el
tercer mundo (mientras que la media mundial sólo es 1.8 por ciento), lo cual
permite calcular en aproximadamente 500 millones el número de jóvenes de ambos
sexos que hasta el año 2005 habrán venido a engrosar las filas de los
buscadores de empleo.
De otro lado, si bien las
disposiciones de los Convenios y de las Recomendaciones sobre la política del
empleo, no se refieren explícitamente al derecho al trabajo. Sin embargo, es
claro que ya se tenía esta preocupación cuando hacen figurar en los considerandos
del preámbulo de la Declaración de Filadelfia de la OIT ("Todos los seres
humanos, sin distinción de raza, credo o sexo, tienen derecho a perseguir su
bienestar material y su desarrollo espiritual en condiciones de libertad y
dignidad, de seguridad económica y en igualdad de oportunidades") y de la
Declaración Universal de Derechos Humanos ("Toda persona tiene derecho al
trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y
satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo").
Por otra parte, más de sesenta
países de diversos continentes, caracterizados por sus diferentes niveles de
desarrollo y por sus distintos sistemas económicos, sociales y políticos, han
suscrito el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
cuyo artículo 6° prescribe el derecho al trabajo. Como consecuencia de la
entrada en vigor del Pacto el 3 de enero de 1976, la aplicación del derecho al
trabajo y de las demás disposiciones que figuran en él está sometida a los
procedimientos de fiscalización fijados por el propio Pacto y ratificados por
el Consejo Económico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas.[13]
Se examina el impacto de las
nuevas tecnologías de la información y de la comunicación en la vida laboral,
en un momento en el cual la situación mundial del empleo sigue siendo
preocupante. Aunque ha habido algunos progresos notables, especialmente en los
Estados Unidos y en algunos países industrializados, en casi todo el mundo la
aparición de nuevas oportunidades laborales no basta dar un empleo productivo a
quienes han perdido su puesto de trabajo a causa de una reestructuración y a
quienes se incorporan al mercado de trabajo.
Según estimaciones de la OIT,
a fines del 2005 habría cerca de 160 millones de desempleos, la mayoría de los
cuales estarán en busca de un primer empleo. Los índices de desempleo de los
trabajadores jóvenes son en casi todas partes el doble, como mínimo, del
promedio. Unos 50 millones de esos 160 millones de desempleados viven en los
países industrializados, entre ellos los de Europa Central y Oriental.
Hay además unos 500 millones
de trabajadores que no ganan lo suficiente, mantener a su familia por encima
del límite de la pobreza (que es de un dólar al día), y en su casi totalidad
viven en el mundo en desarrollo. En cuanto a los trabajadores que no figuran
entre los pobres, muchos de ellos carecen de la seguridad del empleo y de un
trabajo básico. Hay razones fundadas para pensar que está aumentando su número
en muchas partes del mundo.
Aunque disminuya la tasa de
crecimiento de la población activa mundial, en los diez años próximos seguirá
habiendo unos 460 millones de jóvenes que busquen trabajo por primera vez. Sólo
un 3 por ciento de ellos vivirá en Europa y en América del Norte, mientras que
los de Asia sumarán dos tercios. No se llegará a las cifras previstas para
África a causa de la epidemia de VIH-SIDA, que está teniendo un impacto
desastroso en la economía y en el mercado de trabajo. A la larga, el problema
más grave será la pérdida de capital humano provocada por la infección del VIH
y que será desmesuradamente grande en el caso del personal calificado,
profesional y de dirección: la epidemia no reducirá solamente su número total
sino también la facultad de mantener el flujo futuro de personas debidamente
capacitadas.
La posibilidad de que mejore
la situación mundial del empleo dependerá principalmente de que persista la
actual expansión de la economía mundial. Hay muchos factores de incertidumbre,
entre ellos la trayectoria de la economía estadounidense posibilidad de que
Europa pase a ser el motor de la economía mundial, la persistencia del giro
positivo en la Federación de Rusia y la capacidad de la India de mantener su
dinamismo de fuerte crecimiento económico.
Globalmente, aunque son muchos
los síntomas de incertidumbre, la evolución global reciente anuncia
perspectivas favorables para la economía mundial. El crecimiento proporcionará
puestos adecuados a quienes se incorporen al mercado de trabajo, y puede
contribuir a una disminución del desempleo. Pero eso no basta. Por sí solo, el
crecimiento no garantiza que los 500 millones de puestos de trabajo necesarios
tengan una calidad que permita a todos los trabajadores del mundo conseguir un
trabajo decente. Si se quiere alcanzar este objetivo, será preciso dedicar
mucha más atención a los elementos fundamentales del mercado de trabajo, y en
particular a las inversiones en capital humano, a la eliminación de las
discriminaciones y a la designación del empleo como objeto esencial de la
política económica.
A principios del siglo XXI, la
situación mundial del empleo sigue siendo muy precaria. Pese a la recuperación
de la economía mundial, la persistencia de un desempleo generalizado suscita
gran preocupación. Según la OIT, a fines de 2005 el desempleo declarado
afectaba a unos 160 millones de personas, lo que supone 20 millones más que
antes de la crisis de Asia Oriental en 1998, muchos de los países afectados por
esa crisis se han recuperado económicamente, pero otros muchos están en una
fase laboriosa de transición a un modelo de desarrollo plenamente basado en el
mercado. Si bien es cierto que en los Estados Unidos y en otros países
industrializados hay cada vez más personas que encuentran empleo a pesar de la
actual desaceleración económica, el desempleo sigue aumentando en América
Latina, se mantiene a un nivel elevado en Europa Central y Oriental, Oriente
Medio, África del Norte y en las zonas urbanas del África Subsahariana, y está
haciendo su aparición en China.
Son cada vez más corrientes
los empleos de mala calidad, con remuneración insuficiente, carga de trabajo
excesivo y condiciones insalubres y poco seguras y también va en aumento la
inseguridad del empleó y de los ingresos. Los 1,200 millones de pobres del
mundo en desarrollo subsisten casi en su totalidad gracias a lo que ganan los
500 millones de ellos que trabajan, que son los llamados "trabajadores
pobres". Un tercio de la población activa mundial- unos 3000 millones de
personas- están desempleadas, subempleadas o ganan menos de lo necesario para
sacar de la pobreza a su familia. La evolución de los mercados de trabajo
mundiales es fiel reflejo de esta realidad.
La economía de los Estados
Unidos, con un ritmo de crecimiento superior al 4 por ciento por cuarto año
consecutivo (2002) seguirá siendo sin duda el motor del crecimiento para el
resto del mundo. Las economías de la Unión Europea se muestran ya más
dinámicas, el Japón va saliendo poco a poco del marasmo, y Asia ha sorprendido
a los especialistas por su rápida recuperación tras la crisis financiera de
1997-1998, también están progresando África y América Latina, después de varios
años de baja de la producción por persona. En las economías en transición está
creciendo la producción, y la Federación de Rusia está consolidando su reforma
fiscal tras recuperarse con 42 sorprendente rapidez de su crisis de
1998.
En los países industrializados
se sigue centrando la atención en el dinamismo de la economía y el mercado de
trabajo estadounidense, impulsados por la demanda interna privada, con un grado
de confianza de los consumidores alto y unas inversiones en auge.
Cualesquiera que hayan sido
las causas de esa aceleración del crecimiento de la productividad, lo cierto es
que ha tenido un profundo impacto en la macroeconomía del mercado de trabajo.
Según Rowthorn, el efecto de un aumento no previsto de la productividad de
semejantes proporciones puede ser el contrapunto de la subida brutal, y no
prevista tampoco, de los precios del petróleo en el decenio de 1970: "Es
posible que baste con unos pocos años de aumento imprevisto de la productividad
para llevar la economía a una situación de tasa de desempleo que no acelera la
inflación permanentemente menor, gracias a lo cual pueda funcionar
indefinitivamente con una proporción de desempleo permanente más baja".
Mientras que la desaceleración
de la actividad económica mundial y la evolución posterior al 11 de septiembre
han afectado a varias partes del mundo en diferentes modos, el desempleo
aumentó en todas las regiones en comparación con el año 2002. América Latina y
el Caribe fue el área más afectada por la desaceleración de la actividad económica
mundial en 2001 en lo que se refiere al crecimiento de la producción. El crecimiento
económico cayó a un 0.6 por ciento en 2003 y está prevista una disminución de
un 0.6 por ciento para 2005 el desempleo aumentó en casi toda América Latina y
el Caribe entre 2001 y 2002, alcanzando en 2002 una tasa de crecimiento de
acerca del 10 por ciento, a pesar de que el número de personas que se
incorporaba a la fuerza de trabajo era menor. Uno de los principales desafíos a
los que se enfrenta América Latina y el Caribe es el desempleo en los jóvenes,
que afectó a un 16 por ciento de jóvenes trabajadores, en 2001-03, un aumento
con respecto al 12 por ciento de 1997. Además, casi todos los empleos para
jóvenes los genera la economía informal.
La recuperación a raíz de la
crisis parece haber tardado un año más que en Asia Oriental. En 1999, el PIB
real bajó en varias economías (Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Uruguay y
Venezuela). El aumento de la demanda interna y el progreso de las exportaciones
gracias a devaluaciones anteriores, impulsó el crecimiento en el 2000, a lo
cual contribuyó también la subida de los precios de los productos básicos. El
desempleo mostró una tendencia al alza y los salarios industriales reales en
1999 tendieron a no aumentar o a bajar a causa de la depresión[14]".
El desempleo no menguó en los
tres primeros trimestres del 2000, a pesar de una vigorosa recuperación de la
economía (aumentó de un 4.3 por ciento del PIB) y de la inexistencia de un gran
dinamismo salarial, ya que los ingresos laborales están progresando más
lentamente que la productividad.
Se estima que para el 2010,
casi el 60 por ciento de la fuerza de trabajo del mundo se encontrará en Asia,
y sólo China contará con una cuarta parte de la población activa mundial. Las
otras regiones en desarrollo (África Subsahariana, Oriente Medio y África del
Norte y América Latina y el Caribe) también contaran con una mayor proporción
de población activa. Mientras, la parte de la fuerza de trabajo mundial
correspondiente a los países industrializados y a las economías en transición
disminuirá alrededor de una quinta parte en 2010. La mayor parte de los empleos
que es necesario crear para 2010 correspondan a Asia (60 por ciento) y África
Subsahariana (15 por ciento).
Tras dos años de
desaceleración de la actividad económica se ha producido un empeoramiento de la
situación del empleo en el mundo. Con dudosas perspectivas de recuperación
económica, es poco probable que las tendencias de empleo se inviertan en el
2005.
La OIT calcula que el número
de personas desempleadas aumentó en 20 millones desde principios del 2001,
situándose en los 180 millones a finales del 2002, el aumento fue más grave
entre las mujeres, que tienden a trabajar en sectores particularmente
vulnerables a las crisis económicas.
Además, un creciente número de
jóvenes en edad de pasar a formar parte de la población activa no pudieron
encontrar trabajo, lo que disparó la tasa de desempleo entre los jóvenes, que
habían disminuido a finales del decenio de 1990.
Al mismo tiempo, la
inestabilidad de la economía empujó a más personas al empleo informal, en
especial en los países que carecen de sistemas de seguro de desempleo amplios.
Debido a la precariedad y mala
remuneración de muchos empleos informales, la expansión de la economía informal
suele producir niveles más elevados de pobreza en el trabajo. La OIT calcula
que hacia finales del 2005 el número de trabajadores que sobrevive con un dólar
o menos al día puede alcanzar los 550 millones, el nivel registrado en 1998. Si
esta tendencia continua, peligrará el objetivo de desarrollo para el Milenio
2005 de reducir la pobreza en el mundo a la mitad para el año 2015[15].
Poco queda por decir acerca de
la permanencia de sus problemas estructurales. Un país "ajustado"
internacionalmente y con los precios relativos de la economía peruana, es
imposible que revierta sus problemas de empleo. Incontables veces ha sido
señalado. Tasas de interés altas, dólar barato, presión fiscal elevada en especial
para las personas naturales, tarifas básicas caras, salarios reducidos, no
pueden producir bonanza ni mayor empleo. Las cifras sobre empleo siguen y
seguirán mostrando esta realidad, y no se gana nada con ocultarlas por motivos
electorales, pues toda la población las siente. Es tan ingenuo como pensar que
ocultando los termómetros la gente ya no va a sentir la fiebre. Por el
contrario, extrañará los termómetros, y reclamarán contra quienes los ocultan.
¿Qué pasa con el empleo?
Según Jorge Bernedo Alvarado,
desde hace algún tiempo, la situación del empleo se vuelve difusa. No solamente
sucede que los voceros oficiales no encuentran mayor problema. Sucede también
que muchas veces aparecen informaciones contradictorias en aspectos tan
inmediatos como la tasa limeña de desempleo abierto para un período dado.
Al. margen de las esperanzas y
de algunos datos alentadores, tendremos que aceptar que existe un problema de
empleo de raíces muy profundas- ajuste externo, presión demográfica sumamente
elevada en el mercado laboral, estructura productiva que desacumula al crecer,
precios relativos contradictorios y adversos a la ocupación que continua
insuficientemente atacado. Poco hace el modelo económico actual para resolver
las cosas en este campo y tenemos prácticamente segura la crisis del empleo de
los próximos años con leves variaciones ocasionales reales, no estadísticas.
La apertura indiscriminada y
la apuesta al flujo de capitales a partir de concesiones no son una buena
receta para la falta de puestos de trabajo, como ya hemos podido ver. Tampoco
es posible confiarse en la suerte, como por ejemplo un boom de exportaciones,
en los grados actuales de competitividad internacional. Dos claros ejemplos son
el gas de Camisea recientemente en inicios de su explotación o nuestros
espárragos explotados. "Se necesitan cambios mucho más drásticos para
acumular y dejar de ser los clientes de la región y del mundo".
Bastaría tal vez revisar por
qué exportamos materias primas e importamos productos con escasa elaboración,
casi de todo, desde frutas hasta pescados, o por qué tenemos instalado desde
fuera inclusive el comercio minorista[16].
¿En qué consiste "el
problema del empleo"?
Hay múltiples entradas para
definirlo, y cada una de ellas tiene su propia utilidad. La más inmediata
permite hacer un diagnóstico evaluado las variables principales que podríamos
denominar "de resultado". Así veríamos que el desempleo viene
creciendo, pero que es mucho más grave el subempleo y la informatización del
trabajo. Que los empleos son cada vez menos durables y por lo tanto va siendo
mayor la rotación laboral. Los desempleados- es decir, quienes buscan trabajo
activamente- lo son en su noventa por ciento, trabajadores con experiencia. Las
remuneraciones son evidentemente bajas, pero hay quienes podrían trabajar hasta
por menos del salario mínimo.
Pero si queremos llevar el
diagnóstico hacia sus raíces, tendríamos que comenzar con el análisis del
volumen de población que se oferta al mercado laboral, que está vendiendo
fuerza de trabajo, es decir a la población económicamente activa. Pocas veces
se presta en el análisis económico suficiente atención a los componentes
demográficos a pesar de su enorme importancia. Lima Metropolitana, para dar un
ejemplo cercano, casi ha cuadruplicado su PEA de 1980 a la fecha pasando de un
poco más de un millón hacia los cuatro millones actuales ¿Es imaginable el
volumen de inversión que se requiere para atender una ola de población de esas
dimensiones?. A escala nacional, la población en edad de trabajar (de 14 años
en adelante) se ha duplicado en el Perú, y ante la caída de sus ingresos se ha
defendido ingresando en proporciones crecientes al mercado laboral. Chile o
Costa Rica, por ejemplo, a los que tanto se les cita como paradigmas, no han
sufrido esta avalancha de personas disputándose los escasos puestos de trabajo,
aunque a veces se hagan comparaciones simples de su situación laboral versus la
nuestra.
Un frente mayor, en el
diagnóstico, es recordar las causas más hondas del desfinanciamiento nacional.
La enorme carga de la deuda externa y sus discutibles condiciones, la
desigualdad con que se fijan los precios de los mercados internacionales
haciéndonos retroceder permanentemente nuestros términos del intercambio en el
esquema de precios. relativos actuales que atentan definitivamente contra la posibilidad
de generar empleo.
Y, finalmente, Menos se habla
de la alternativa para superar nuestro problema estructural esencial de
"crecimiento que desfinancia" (y no permite estabilizar el aumento de
empleo). El problema del empleo, entonces, es de dimensiones colosales. La
solución no es simple, necesita una redefinición de políticas profunda y el
sostenimiento de la misma en el corto, medio y largo plazo.
Se, buscan buenos empleos
Según el Banco Interamericano
de Desarrollo, Departamento de Investigación ¿Qué puede ser más fundamental
para el bienestar de la gente que su trabajo?. El trabajo determina el modo de
vida de las personas v sus familias, así como el desempeño de las economías. El
desempleo, el subempleo, la inestabilidad laboral y los bajos salarios no son
sólo problemas personales sino estructurales que comprometen a la nación y
aquejan por lo tanto a la mayor parte de la región. En la actualidad el
desempleo se encuentra en uno de los niveles más elevados en muchos años, gran
parte de la fuerza laboral gana salarios de pobreza, la desigualdad entre los
diversos niveles de salarios es de las mayores del mundo y ha tendido a
aumentar y, aunque la probabilidad de perder el empleo es elevada, los
trabajadores que están asegurados contra este riesgo son una minoría. No
sorprende entonces que en sondeos de opinión publica los latinoamericanos
señalen el desempleo, los salarios bajos y la inestabilidad laboral como los
problemas más apremiantes de la región, aún más que la corrupción, la delincuencia
y otros males sociales preocupantes[17].
El subempleo
El ingenio popular tiene
muchas maneras de decirlo: "Hay trabajo, pero lo que no hay es pago",
o bien "tenemos los chóferes mejor instruidos del mundo", "no
hago casi nada pero me ayudan", "mi ocupación son los
cachuelos", "hago tal cosa en lugar de no hacer nada". En fin,
todos tenemos a la mano alguna versión o varias que nos acercan a la noción del
subempleo como un estado laboral no deseable.
El tema ha vuelto a la
conversación de los seguidores del mundo del trabajador porque el Instituto
Nacional de Estadística e Informática, INEI, ha decidido recientemente,
"luego de realizar diversas consultas con otros institutos de Estadística
acerca del concepto subempleo por ingresos", dejar de lado su medición,
estableciendo además que "el principal problema metodológico es establecer
un umbral apropiado de ingreso que implique la existencia de subempleo".
Ambas afirmaciones merecen ser consideradas, cada cual con sus propios problemas
y opiniones.
Pero, en fin, esto es lo
anecdótico[18]”.
En términos conceptuales, todo
trabajador ocupado está adecuadamente empleado, es decir, en situación de pleno
empleo, o bien, está subempleado. El requisito de su pleno empleo es que todas
sus capacidades y habilidades estén siendo invertidas en los procesos
productivos, de manera que su aporte sea óptimo.
Cuando esto no suceda estará
sub-utilizando su capacidad, y por tanto, en condición de subempleado. No
debemos dejar de tener presente que, para la economía, preocupada en la máxima
producción y productividad, el empleo es el uso del factor humano, en el mismo
sentido que el uso de la tierra o de los capitales financieros.
Y aquí vino el problema. La
OIT considera, y tiene razón, que existen varias causas. Una persona está
subempleada cuando involuntariamente trabaja menos horas de las que pueden
considerarse normales o deseables. A eso se le ha llamado subempleo visible o
subempleo por tiempo o subempleo por horas. Pero no es la única condición, o al
menos varias versiones de un subempleo adicional, denominado genéricamente
invisible y proveniente de varias fuentes o traducido de manera diversa.
Existirían tres versiones
adicionales de subempleo: un subempleo por ingresos, si la economía no le proporciona
al trabajador lo suficiente para una reproducción satisfactoria de su fuerza de
trabajo; también un subempleo por calificación si la formación del trabajador
no es coincidente con su ocupación o es superior y está por lo tanto
subutilizada; y también había subempleo invisible, en los casos en que su
productividad esté afectada por las condiciones operativas que el centro de
trabajo o sus herramientas y equipo le impongan.
El Perú es uno de los países
Más pobres de América del Sur. Una breve mirada a cualquier listado que
pretenda ordenarlos países en función de su bienestar "lo demuestra casi
14 millones de peruanos viven con menos de 1.6 dólares al día. Entre ellos, 4
millones carecen de recursos para alimentarse adecuadamente, es decir, viven en
condiciones de pobreza extrema.
La pobreza se origina en la
incapacidad de la economía peruana para generar suficientes empleos
productivos. De los 140 mil jóvenes que se integran cada año a la fuerza
laboral urbana, menos de un tercio obtiene un empleo adecuado y casi el 40%
está desempleado o trabajando en algo que no implica capacitación alguna ni
ofrece perspectivas de progreso futuro[19].
Los datos poblacionales del
Censo de 1993 y las tasas promedio de actividad económica por grupos de edad
nos permiten estimar los requerimientos de nuevos puestos de trabajo que tendrá
que atender la economía peruana en los próximos cinco años. En este sentido, la
economía peruana tendrá que producir más de dos millones y medio de nuevos
empleos (aproximadamente 2,608.809 puestos de trabajo) hasta el año 2005 inclusive[20].
Las diversas encuestas de
opinión revelan que la principal preocupación de la población es actualmente el
empleo. Esta fuerte inquietud no parece ser coherente con las tasas de
desempleo que no se muestran excesivamente grande con relación a las tasas
históricas del país. En una economía subdesarrollada como la peruana, el estado
del mercado laboral no puede ser aprendido solamente por el indicador concebido
para hacerlo: la tasa de desempleo. Esta especialidad obliga a la utilización
de otros indicadores, como, por ejemplo, las tasas de desempleo oculto y de
subempleo. La oferta laboral —es decir, la Población Económicamente Activa
(PEA)- creció en el período 1990-96 en aproximadamente 927 mil personas. En el
mismo lapso la PEA ocupada aumentó en 919 mil personas. Casi la totalidad de
los recién llegados al mercado laboral habrían encontrado un puesto de trabajo.
Esto explicaría la estabilidad de la tasa de desempleo. En el período 1996-99,
la PEA aumentó un promedio en 247 mil personas por año según el INEI, mientras,
que la PEA ocupada lo hizo a un nivel ligeramente inferior: en 239 mil
trabajadores.
Una persona es considerada
como adecuadamente empleada si trabaja al menos 35 horas semanales y si su
remuneración es por lo menos igual al ingreso mínimo referencial. El
desempleado es aquel que busca trabajar de manera activa pero no encuentra un
puesto de trabajo. Una persona está en situación de subempleo por ingresos cuando,
al estar trabajando a tiempo completo o en jornada normal, su remuneración es
inferior al ingreso mínimo referencial. Y, en situación de subempleo por horas
cuando trabaja menos de 35 horas semanales y desea hacerlo por más tiempo.
En las dos últimas décadas el
sector informal urbano (SIU) se ha desarrollado casi de manera independiente al
ciclo económico. Durante los años ochenta su desarrollo habría sido contra
cíclico, mientras que en los noventa éste habría sido pro cíclico.
Esta evolución pone en tela de
juicio la naturaleza de la informalidad. ¿Se trata de un sector refugio frente
a la crisis y a la incapacidad del sector formal de la economía de absorber la
creciente mano de obra, o bien, se trata de un sector dinámico de desarrollo
que estaría conformado por una masa de pujantes microempresarios que pueden
materializar todos sus talentos gracias a la ausencia de engorrosas trabas
burocráticas propias de la formalidad? Ni siquiera en los peores años de crisis
económica en el Perú, el desempleo como tal ha alcanzado proporciones
alarmantes. Una explicación podría ser que la insuficiente protección social y,
en especial, la inexistencia de un seguro de desempleo induce a todos a busca
alguna ocupación que genere rentas. Es decir, el problema no es ya tanto
encontrar un empleo adecuado, sino una ocupación que garantice por lo menos un
ingreso de supervivencia. Así, la tasa de desempleo paso de 7.1% en 1980 a
8.30% en 1995, luego de haber subido hasta el equivalente a 10.1% en 1990.
En 1995, la tasa de desempleo
desciende de manera sustancial para ubicarse en un reducido 5.9% que se explica
por un aumento del desempleo oculto como resultado de la recesión (recuérdese
que la tasa de crecimiento del PBI fue de —12.9% en 1989 y de —5.4% en 1990) de
los años precedentes, que habría desalentado a muchos en la búsqueda, de un
puesto de trabajo, hasta el punto de hacerlos salir del mercado laboral. En
1995 el desempleo oculto aumento fuerte-mente y que, a partir dé entonces, se
ha mantenido relativamente estable. Esta elevación del desempleo oculto
constituye una primera explicación de la moderada tasa de desempleo, pues un
desocupado que deja de buscar trabajo, sea cual fuere el motivo, sale de la PEA
y, por lo tanto, en las estadísticas oficiales sencillamente deja de ser desempleado.
En 1995 la contradicción del
PBI fue de —1.4% y la tasa de desempleo aumentó drásticamente respecto al año
anterior, situándose en 9.4%. A partir de ese año y durante toda la década de
los noventa la tasa del desempleo va a estabilizarse, con algunos altibajos,
entre 8 y 10%. Es decir, en términos generales, en un nivel más alto que el correspondiente
a la década precedente. Cabe señalar que los años ochenta se caracterizan por
el retraimiento de la producción y por la rigidez del mercado laboral,
situación que va a revestirse completamente en los noventa. Sin embargo, la
tasa de desempleo creció sensiblemente.
Marco conceptual
·
Empleo
·
Subempleo
·
Subempleo visible
·
Subempleo invisible
·
Desempleo
·
Desempleo oculto
·
Pleno empleo
·
Desempleo abierto
·
Oferta de mano de obra
·
Mercado laboral
·
Economía social de mercado
·
Crecimiento económico
·
Tasa de desempleo
·
Tasa de subempleo
·
Economía de la información
·
Empleo decente
·
Era digital
·
Sociedad de la información
·
Teletrabajo
·
Empleo estructural
·
Costos laborales
·
Tecnología de la información y la comunicación
·
Nueva economía
·
Economía generadora de empleo.
·
Economía incierta
FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS.
HIPÓTESIS GENERAL
Las carencias sociales como la
falta de fuentes de trabajo vale decir de empleo productivo tiene raíces
profundas y crece, se estabiliza o decrece, dentro de un espectro social
complejo, en el que concurre una serie de condicionantes como el ajuste externo
(la enorme carga de la deuda externa), la presión demográfica, la estructura
productiva, los precios contradictorios, oferta indiscriminada en el flujo de
capitales e incluso el modelo económico que en determinados casos atentan
contra la posibilidad de generar empleo.
HIPÓTESIS ESPECÍFICAS
a. En el diagnóstico del
empleo, una variante de resultado importante es el desempleo el mismo que crece
de acuerdo a determinadas condiciones, en especial al volumen de población que
se oferta al mercado laboral.
b. El subempleo por su parte
es así mismo otra variante, pero más grave aún por la informalización en las
relaciones y en las condiciones del trabajo, resultando los empleos menos
durables y por tanto mayor la rotación laboral.
VII. RECOLECCIÓN DE DATOS
Todas las estadísticas
nacionales difundidas por el Instituto Nacional de Estadística e Investigación
INEI. Lima-Perú 2000-2003 y las más significativas internacionales señaladas
por la Organización Internacional del Trabajo O.I.T. Ginebra Suiza 2000-2003.
Esta etapa se realizará con los instrumentos de investigación que utilizará en
el trabajo de campo.
IX.. COMENTARIO FINAL
Si decidimos concluir con el
nivel explicativo, en el trabajo de campo haremos 298 encuestas y tendremos una
referencia integral de tal población.
Así mismo tenemos decidido
realizar siete entrevistas, por cierto a personalidades representativas de tal
problemática, como es el caso del Presidente de la Corte Suprema de la
República, el Presidente del Tribunal Constitucional, el Presidente de la Sala
Constitucional y Social de la Corte Suprema de la República, el Presidente de
la Sala Laboral de la Corte Superior de Lima, el Secretario General de
Trabajadores del Perú, un profesor principal de Derecho Laboral de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos; un profesor principal de Derecho
Laboral de la Universidad Particular San Martín de Porras y el Secretario
General de la Confederación Nacional de Trabajadores. La entrevista forma parte
de los anexos, al igual que el cuestionario.
No obstante, al nivel
descriptivo podemos dar las siguientes conclusiones.
CONCLUSIONES
1. Que la falta de fuentes de
trabajo, vale decir el desempleo es el principal problema político de nuestro
país.
2. que la nueva economía global,
así como las políticas gubernamentales, no han lo grado crear las oportunidades
de empleo que la gente necesita.
3.-Que el trabajo es el mejor
medio para escapar de la pobreza.
4.- Que crear más fuentes de
trabajo no puede imponerse mediante una ley de la Republica.
5. Que el desempleo, los bajos
salarios y la inestabilidad en el trabajo, son los problemas centrales de
nosotros los peruanos.
6. Que la generación de empleo
es una urgente demanda de las mujeres y hombres del Perú.
7. Que responder a esta
urgente demanda constituye una necesidad social, para que nuestra DEMOCRACIA
pueda fortalecerse.
8. Que el "trabajo
decente" tal como es concebido por la Organización Internacional del
Trabajo (O.I.T.) Ginebra, es el instrumento más efectivo de promoción de las
condiciones de vida de nuestros pueblos.
9. Que no bastan políticas de
distribución de rentas, para acortar la brecha entre ricos y pobres.
10. Que el problema del empleo
es de raíces profundas y de dimensiones colosales, por lo mismo su solución no
es simple, requiere REDEFINICIÓN DE POLÍTICAS, profunda y sostenida en el
corto, mediano y largo plazo.
11. La causa del
desfinanciamiento nacional es la enorme carga de la deuda externa de
discutibles condiciones, que atenta contra la posibilidad de GENERAR-EMPLEO,
constituyéndose en problema estructural esencial, es decir, en un crecimiento
que DESFINANCIA y asimismo no permite estabilizar el aumento de empleo.
RECOMENDACIONES
1. Se recomienda armonizar la
economía y democracia y en tal tarea empleadores y trabajadores, así como sus organizaciones
representativas, a que tienen un gran rol que cumplir.
2. Se recomienda establecer
instituciones sólidas de representación, así como mecanismos permanentes de
DIALOGO SO-CIAL, de lo contrario el clima laboral responderá al siglo
dieciochesco (XVIII) donde patronos pretenderán esquilar a lós trabajadores y
estos a través de sus sindicatos, acabar con las empresas y con el propio
ESTADO.
3. Se recuerda que la solución
al problema del empleo no sólo consiste en crearlo, sino también en sostenerlo,
desarrollarlo, así como crearse metas nacionales, con VISIÓN DE ESTADO.
4. Se requiere cambios más drásticos
para acumular y dejar de ser meros CLIENTES de la región o del mundo de lo
contrario, seguiremos exportando materias primas e importando productos de
escasa elaboración.
5 Se recomienda elaborar una
legislación del trabajo adecuada, no sólo una normatividad híbrida carente de
sentido, que sólo sirven para contratar y despedir gente.
[1] El hombre desde que
aparece a fines del cuaternario siempre ha estado en situación de inquietud,
siempre ha vivido haciendo y rehaciendo algo aun cuando fuere para sobrevivir,
luego para defenderse, para luchar contra los embates de la naturaleza; contra
el otro hombre de acuerdo a la famosa tesis de Leviatán de Hobbes todas estas
acciones se denominan "obra humana" y esta no es sino la cultura, de
modo que el trabajo resulta ser también una manifestación cultural. Hoy
podríamos decir que es el resultado de la realización de la humanidad del
hombre, es decir expresión de su personalidad, de su imaginación, de su
capacidad creadora.
[2] Marx Carlos en su obra
"El Capital" y después Fron Erick en su obra "Miedo a la
Libertad" hace referencia a estos temas conscientes y creadores.
[3] En la Constitución
Española y en especial en la Constitución Peruana desde la Constitución de 1979
se empezó a prescribir que el trabajo es un deber y un Derecho.
[4] Constitución de la O.I.T. Ginebra Suiza
1991.
[5] Encuesta Nacional de Hogares (ENANO)
INEI desde 1985-95
[6] Encuesta Permanente de Hogares (EPE)
Lima-Metropolitana INEI-marzo del 2003-04.
[7] Encuesta de Variación
Mensual del Empleo. Data hace más de 30 años. Amplia cobertura a las ciudades
del Perú.
[8] La tasa de subempleados cada vez es más
ascendente, entre los que se cuenta aquellos que trabajan por salarios menores
a los establecidos por la ley o la costumbre; los que trabajan jornadas
limitadas para evitar el pago de los beneficios Sociales o aquellos que prestan
servicios en ocupaciones para los cuales no se calificaron. En cuanto a la
informatización todavía es más grave porque en estos sectores encontramos
pequeños, medianos y grandes capas sociales de trabajadores que desempeñan sus
puestos de trabajo al margen de la sociedad regulada por la Ley.
[9]Estadísticas Nacionales. Instituto
Nacional de Estadística e Investigación 2001-2002. Lima Perú
[10] Estadísticas Nacionales. Instituto Nacional de Estadística e Investigación (INEI) 2002. Mas de un millón de personas laboran en los sectores extractivos, servicios y comercio.
[11] Censo Nacional de 1992.
[12] INEI, Op. cit.-Mensual. Otros estudios
de encuestadoras Locales y Nacionales.
[19] Pedro Pablo Kuczynski y Felipe Ortiz de Cevallos. Competir y crear empleo. Lima, Perú 2001.
[20] Gustavo Yamada Fukusaki. Caminos entre lazados. La realidad
del empleo urbano en el Perú.
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