Luis
Aparicio Valdez[1]
Fue incorporado el 28
de agosto del 2007 como Miembro de Número de la Academia Peruana de Derecho disertando,
para tal efecto con un formidable estudio intitulado “Vicisitudes del Derecho del
Trabajo en el Perú”, en cuyas conclusiones estableció que: “Consideramos que en
cuanto a la legislación laboral, temas tales como los contratos a plazo fijo,
la intermediación, tercerización, despido arbitrario, entre otros, tendrán que
ser revisados para evitar los excesos en uno u otro sentido. La contratación a
plazo fijo ha venido en muchos casos siendo utilizada en forma indiscriminada y
sin tomar en cuenta las causas objetivas que la originaron. Respecto a la tercerización,
si bien es cierto en el Consejo Nacional de Trabajo se está debatiendo un
proyecto de ley, consideramos que este tema motivará aún discusiones, ya que habrá
que superar fantasmas como la informalidad, el abuso y la simulación en su
ejercicio, que tratan de desconocer principios fundamentales como el de Primacía
de la Realidad. Finalmente y respecto al tema del despido arbitrario, si bien
es cierto su utilización, en la práctica, ha sido atemperada por los pronunciamientos
del Tribunal Constitucional sobre la materia, se requiere una mayor precisión normativa
al respecto. 3. Creemos, asimismo, que en nuestro país debe efectuarse una reflexión
clara y transparente en materia de Sindicación y Negociación Colectiva. Requerimos
un ordenamiento legislativo que incorpore la productividad, capacitación y
desarrollo de la formación profesional como ejes de este sistema; que discurra
en base a Principios como Transparencia, Primacía de la Realidad y Veracidad; y
que se encuentre adecuado a las recomendaciones de OIT. 4. Consideramos que resulta
sustancial mantener y desarrollar el Dialogo Social, que ha tenido un a avancé
importante, como ya lo hemos mencionado, a través del Consejo Nacional de Trabajo
de conformación tripartita. 5. Seguimos en nuestro país en la búsqueda de un Derecho
justo, equitativo, que nos proporcione trabajo decente con responsabilidad social,
que permita el desarrollo personal con una visión de la realidad económica, que
favorezca el desarrollo del empleo y de la productividad, y que evite las
marchas y contramarchas que tantas veces se han producido en el pasado.6. Tenemos
que mantener los principios esenciales del Derecho del Trabajo, pero también adoptar
un enfoque más a tono con los tiempos y edificar un sistema de relaciones
laborales distinto. Ese es el reto. Para ello tenemos la experiencia de
nuestros desaciertos, los cuales debemos convertir en lección para emprender
los nuevos rumbos”.
Este epílogo
constituye lo que yo llamo “la casación vital”, en virtud de la cual todos
debemos corregir nuestros errores vitales-que todos tenemos-, excepto Cristo
que fue el único ser perfecto en este mundo. Aparte de los notables méritos que
ostenta el doctor Aparicio Valdez tiene, para mí, doble mérito, el ser hermano
de German quien fue mi profesor de Práctica de Derecho Procesal Civil en la
Universidad de San Marcos y, muchos años más tarde, mi colega en la Sexta Sala
Civil de la Corte Superior de Lima, allá por 1981 y el de ser hijo de un gran
maestro, un gran abogado y un gran juez: don German Aparicio y Gómez Sánchez,
sobre quien todavía hay mucho que decir, aparte de los luminosos perfiles
relievados por Mario Alzamora Valdez en una brillante conferencia intitulada: “La
abogacía. Tres conferencias sobre el hombre de Derecho”, Lima 1963.
En su estudio sobre
el Doctor German Aparicio y Gómez Sánchez inspirado en el estilo y en el decir
de Piero Calamandrei, “Elogio de los jueces escrito por un abogado”, Alzamora Valdez
nos decía, con hondura y emoción profundamente sentidas, inspiradas en la vida de los jueces, la que fué dibujada
con trazos inimitables por el inmortal maestro de Florencia : “Por eso, lo más dramático
de la existencia del juez es la soledad y, como si este heroísmo no bastara,
debe realizar otros: depurar su espíritu de todo rencor frente a los que
revelaron falta de fé en la justicia, frente a los que no supieron comprender
su misión, frente a los que lo ofendieron, desde las deleznables alturas del
poder abusivo o de la opulencia inmoral[2].
Por todas las
virtudes que encarnan la vida y le pensamiento de Luis Aparicio Valdez,
profesor de la Universidad Católica, luego de la Universidad del Pacifico y en
la Escuela de Postgrado de la Universidad de Lima, permítaseme parafrasear lo
que de él dijera, al concluir su discurso de recepción, otro gran laboralista,
el Dr. Mario Pasco –quien se aprecia de haber sido su discípulo en la práctica profesional
de Derecho del Trabajo-: “Esta también es la mejor oportunidad que podía tener
en la vida para agradecerle, en forma pública y ante un auditorio tan
calificado, por todo lo que he recibido de él como maestro, como amigo, como
colega y como compañero; y para agradecerle así mismo, y aquí creo recoger y
expresar el sentir de todos los presentes, por lo mucho y por lo tanto que él
ha hecho por el derecho laboral peruano y por el Perú. Dr. Aparicio: sea Usted bienvenido
a la Academia Peruana de Derecho”.
El jueves 25 de junio
de 2009, falleció el doctor Luis Aparicio Valdez, en medio de la congoja unánime
de todos los que tanto lo apreciábamos.
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