sábado, 9 de diciembre de 2023

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DOCTOR MOZART VICTOR RUSSOMANO EN LA CEREMONIA DE OTORGAMIENTO DE HONORIS CAUSA POR LA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS (1967)

 

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL DOCTOR MOZART VICTOR RUSSOMANO EN LA CEREMONIA DE OTORGAMIENTO DE HONORIS CAUSA POR LA UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS (1967)

Todas las cátedras tienen la altitud moral de un púlpito.

Hay cátedras, empero, que por un sistema mágico de amplificación de los sonidos y de los pensamientos, transmiten sus lecciones más allá de los límites físicos que las rodean.

Es lo que ocurre en San Marcos. Cuando uno sube a la cátedra de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima, sube al púlpito de un templo. Es este, no otro, el Templo de la cultura universitaria americana: la cuna de la inteligencia, de la creación científica y de la búsqueda de los anchos horizontes del espíritu de nuestro continente.

Y desde ese púlpito no se habla, tan sólo, para esta Universidad. No se habla tan sólo para Lima y para el Perú. Se habla para toda la América. Y toda la América oye las voces de San Marcos.

Nadie le contesta el derecho histórico de la precedencia. Nadie puede disputar con ella el derecho actual de ser uno de los portabanderas de la vida americana.

Así, subo yo los peldaños de esta cátedra.

Lo hago en nombre de los juslaboralistas iberoamericanos, reunidos en un congreso internacional. Y el título que me confiere el encargo, que me brinda el privilegio, esta medalla que traigo sobre mi pecho: la Insignia sanmarquina de la cátedra "honoris causa", que me enaltece, porque hace de mí uno de vosotros: que me ennoblece. porque me coloca por encima de mí mismo.

 

La coincidencia de ser yo —dentro de todos los presentes— el único jusiaboralista iberoamericano honrado con la distinción suprema de la cátedra "honoris causa" de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, me transforma, en este momento, en el trazo de unión entre los homenajeadores y los homenajeados.

Y yo cumplo, conmovidamente, tal encargo.

Y recibiendo vuestro homenaje, yo lo transformo en homenaje a vosotros. En homenaje de los juslaboralistas iberoamericanos a la Universidad de San Marcos. En agradecimiento público por la obra de ayer: por la acogida que nos ha sido dispensada en este día: y por lo que de ella esperamos nosotros, los juslaboralistas, en el porvenir que se avecina.

¿Qué es lo que debemos a San Marcos, nosotros, los juslaboralistas? ¿Cómo vincular nuestras disciplinas —de formación reciente, como el Derecho del Trabajo: de formación recientísima, como el Derecho de la Seguridad Social— a las raíces históricas más hondas de la vida del continente americano?

Debemos a San Marcos, ante todo, la iniciación científica cuatro veces secular. El desvendamiento del horizonte iluminado. El comienzo de la formación cultural del Nuevo Mundo.

Debemos a San Marcos, aun, la audacia creadora. La iniciación espiritual de las "élites" y del pueblo. La vigilia de armas del advenimiento de la América Libre.

Debemos a San Marcos, el equilibrio del progreso cultural con bases en el producto de la creación universitaria. Después del impulso que renueva, la serenidad que ratifica y corrige, concluyendo la obra iniciada.

Debemos a San Marcos el coraje de la afirmación doctrinaria.

Nosotros, los Juslaboralistas, debemos, por lo tanto, mucho a San Marcos: porque nuestra especialidad está hecha de audacia, equilibrio y coraje.

El coraje, a un tiempo audaz y equilibrado, que, en el pasado, hizo temblar las estructuras económico-políticas del continente, por el papel actuante de las Universidades incipientes, es el mismo de que necesita el mundo jurídico actual, es el mismo que utiliza el Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, para modificar, sustancialmente la estructura de la empresa; para rectificar las relaciones humanas, que en ella se establecen, entre trabajadores y empresarios: para ayudar a construir el mundo —distinto del de hoy, antípoda al de ayer— que es la obra común de las generaciones del siglo XX y de todos nosotros, profesores, juristas, estudiantes, trabajadores, empresarios, políticos, poetas, en una palabra: pueblo. Transformados todos en obreros de la grandeza del hombre.

Finalizo Sr. Rector, Sr. Decano, Sres. Profesores, Sres. Alumnos.

Finalizo como empecé:

Poniendo de manifiesto el orgullo de ser uno de vosotros, aunque tan sólo ad honorem.

Los fantasmas de vuestras grandiosas tradiciones pueblan estas paredes. Y son viejos conocidos nuestros. Ellos construirán, en el pasado, entre las nubes, cerca de las estrellas, los reinos de Machu Picchu. Y están construyendo en el presente, la carretera marginal de la selva. Ahora ellos nos tienden las manos. Nos acompañan y nos sirven de guía. Y nos apuntan algo que todos sabemos, pero que, aunque sea así, todos debemos repetir:

La Universidad es la arena del pensamiento libre. Es el punto de reunión de todas las ideas. Es la síntesis —en la expresión hegeliana— que asienta sobre el supuesto lógico de las tesis y de las antítesis. En la Universidad todas las ideas son válidas, hasta que se demuestre lo contrario. Todas las Ideas son respetables, aun cuando no sean válidas.

La Universidad acoge todas las concepciones. Las analiza y eterniza en el laboratorio del pensamiento crítico. Las adopta, las rechaza o, aun, sobre ellas, reconstruye, reedifica, reformula y crea. Pero, lo fundamental es que se aparte, siempre, de la concepción de que toda ideología es, en sí misma, digna de respeto.

Las ideas contrarias a las nuestras son respetables, no solamente porque son ideas, sino igualmente, porque son contrarias.

La yuxtaposición de las concepciones opuestas forma el grande mosaico de la Universidad Moderna: armónico, intrínsecamente armónico, en la diversificación formal de su dibujo.

Y ningún otro "campus" en la América Latina ha permanecido más abierto al juego de las opiniones, al encuentro de los contrarios, a la crítica y al libre-pensamiento, que el viejo y muy noble Colegio Mayor de San Marcos.

Honor a él, porque siendo así, ha sido una de las más poderosas expresiones de la libertad del pensamiento americano.

Cuéntase que cierta vez, un periodista cruzaba la aduana de un determinado país. El funcionario examinó su equipaje y descubrió en él una enciclopedia, de edición anterior a la última crisis política de aquella nación.

Rompió por eso, la página que contenía el elogio del líder destronado en la víspera y permitió, después que el periodista continuará su camino, sobre el mapa del mundo.

Pues bien.

Cuando la gloria, el renombre y el honor mismo de un líder nacional auténtico se deterioran y se consumen en el espacio de tiempo meteórico que separa dos ediciones sucesivas de la misma enciclopedia, no hay duda de que la libertad está hecha pedazos y de que el alma se está muriendo dentro de los cuerpos, lentamente, como lámparas que, poco a poco, se fueran apagando en la distancia.

A nosotros, al revés, restamos acá y ahora la certidumbre de que, por profundas que sean las tinieblas que nos envuelvan, San Marcos, si fuera necesario, en el momento debido, encenderá la primera cerilla.

Esa luz trémula y frágil, será siempre suficiente para encender las grandes llamas palpitantes.

Así como la libertad de pensamiento y de crítica ha de ser siempre suficiente para garantizar todas las demás libertades humanas.

DISCURSO DEL DOCTOR ULISES MONTOYA MANFREDI, DECANO DE LA FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES DE LA UNMSM EN EL II CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO DE TRABAJO Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL (LIMA- 1967)

 


DISCURSO DEL DOCTOR ULISES MONTOYA MANFREDI, DECANO DE LA FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES DE LA UNMSM EN EL II CONGRESO IBEROAMERICANO DE DERECHO DE TRABAJO Y DE LA SEGURIDAD SOCIAL (LIMA- 1967)

Señor Rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Señor Presidente del Segundo Congreso Iberoamericano de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social.

Señores Delegados,

Señoras y Señores:

El Segundo Congreso Iberoamericano de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, mereció el patrocinio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y la acogida de la Facultad de Derecho, que utilizó la oportunidad para propiciar la celebración de las Segundas Jornadas Latinoamericanas de Institutos universitarios de esas disciplinas Jurídicas.

En su doble acepción de Universidad como "universitas", es decir integración en sí de una universalidad de conocimientos, como por la distinta nacionalidad de estudiosos e investigadores concurrentes, el certamen que ahora se celebra satisface uno de los fines de esta casa de estudios, cargada de preclaras tradiciones, abierta a todas las inquietudes, dispuesta a participar en las tareas que demanda el proceso de mejoramiento espiritual y material del hombre.

El éxito del presente Congreso quedó asegurado, tanto por la calidad de quienes en él participan como por el temario propuesto.

 

La reunión de eminentes profesores universitarios, abogados y expertos en estas disciplinas sociales, concertados en un propósito común de estudio e investigación sobre el destino del hombre de nuestros días, tiene que concitar la atención general. Porque el derecho del trabajo concierne a una actividad tan necesaria como excelsa de la persona humana; y a través de la seguridad social, se persigue liberar al hombre, del temor frente a los riesgos que depara el Infortunio.

Para la Universidad de San Marcos hay motivos que confieren especial significación al Congreso. Por ser nuestra Universidad, la más antigua de América la que lo propicia; por el carácter mismo de los temas, que corresponden a disciplinas Incorporadas en los planes de estudio de varias de sus Facultades: por el lugar de privilegio que en el ordenamiento legal de los pueblos civilizados ocupan las normas sobre el trabajo y la Seguridad Social; porque la importancia y dignificación del trabajo se hunden en el fondo de remotas centurias de la historia patria; y por la participación que ha cabido a los hombres salidos de los claustros de San Marcos en el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores del Perú.

Los relatos de los cronistas sirvieron a Prescott, primero, y más tarde a Cunow y a Trimborn para presentar el panorama de la organización del trabajo en el Imperio Incaico: Luis Baudin, construirá sobre la base de esos relatos y de los aportes de la crítica histórica su "Imperio Socialista de los Incas".

Historiadores, sociólogos, economistas han coincidido en afirmar que en el período pre-inca, la agricultura fue la fuente de sustento de la población y la base de la organización social. Mariátegui, Basadre. Romero, Ugarte, Castro Pozo. Valcárcel admiten que el Incario utilizó la organización del "ayllu" familiar. que realizaba la explotación y aprovechamiento de la tierra dentro de un sentido democrático y mágico profundo.

Las tribus cuzqueñas, que conquistaron el Tahuantinsuyo, aprovecharon esa célula social y sobre ella construyeron. la unidad del Imperio. Los Incas respetaron y utilizaron las costumbres y la organización económica de los vencidos, orientándolas en servicio del Estado, pero como ocurre siempre en toda conquista, no pudieron sustraerse al acentuado espíritu de solidaridad y de asistencia, como derivación de la organización social comunitaria.

Para que se desarrollara un gran imperio socialista como el de los Incas, era necesario que los principios esenciales de su régimen social y económico estuvieran ya arraigados en los pueblos que lo constituyeron. El Incario aportó la organización estatal; introdujo el funcionarismo, la estadística, la utilización de cada hombre para los fines del Estado, unió lo local sin destruirlo.

Todo esto explica el carácter imperativo del trabajo durante el incanato. A todos interesaba la labor de los demás. Pero los Incas, con un claro sentido político no se limitaron a imponer penas a quienes incurrían en el delito de la ociosidad, sino que enaltecieron el trabajo. manteniéndolo dentro del sentido religioso tradicional, y rodeándolo con las solemnidades de la liturgia. El soberano en persona presidía las fiestas de iniciación de las labores agrícolas y era el primero en roturar el surco con una "takIla' de oro.

La conquista española trajo al Perú el sistema jurídico imperante en la Península, sometido en buena parte a un proceso de adaptación, que tuvo que considerar las circunstancias locales, intentándose la coordinación del Derecho Indiano. Capítulo fundamental fue el referente a la legislación social. Pero sus normas, insufladas del espíritu de conmiseración y de piedad cristianas para la raza oprimida. resultaron Inaplicadas en la práctica, produciéndose un patente divorcio entre la ley y los hechos.

Fundada la Universidad en el primer siglo de la dominación española, fue adquiriendo en el transcurso de su existencia, importancia creciente, no sólo en el campo académico, sino también en la vida pública, al punto. Que su historia se confunde en muchos momentos con la de la historia patria.

Durante gran parte de la época colonial, fue la Universidad centro de difusión clandestina de libros que la inquisición prohibía. Muchos de ellos fueron la semilla de las ideas de emancipación. En la Universidad habían de encontrar ancha acogida las corrientes revolucionarias que, desde allí se propagaban henchidas de fervor e investidas con la autoridad intelectual del claustro sanmarquino.

Durante la República. San Marcos ha cumplido a plenitud su rol de identificarse con el sentir profundo del país: ha mantenido lo que Jaspers considera la misión esencial de la Universidad, el "espíritu viviente", como inquietud que nacida del pueblo, en ella cobra claridad y elevación. Ha buscado la verdad, por todos los caminos, y ha señalado rumbos, en consonancia con las circunstancias históricas. Ha defendido la libertad, sin la cual no puede expresarse auténticamente el "espíritu viviente". que recoge los impulsos vitales, los enaltece y los pone en movimiento fecundo.

Las distintas corrientes ideológicas encontraron en San Marcos un clima de libertad, propicio al esclarecimiento. A las tendencias liberales y conservadoras, que se disputaron la adhesión del pueblo al mediar el siglo XIX. habrían de seguir más tarde otras doctrinas socialistas de los más diversos matices. Recientemente, se advierten tendencias practicistas orientadas hacia lo que se denomina la teoría del desarrollo, que excediendo el ámbito nacional, se proyectan hacia un proceso de integración regional, no sólo en el aspecto económico, sino también espiritual, cultural y científico, como fue destacado en la V Asamblea General de la Unión de Universidades de América Latina, celebrada recientemente en Lima.

En orden a los problemas que plantean las relaciones de trabajo, sin que pueda reputarse un antecedente de las modernas concepciones jurídicas, hombres prominentes de esta Universidad repararon hace tres siglos en las injustas situaciones generadas por las formas de trabajo entonces vigentes. Sin pretender refutarlo como precursor ni que pueda atribuírsele el propósito de intentar siquiera una legislación de protección, la realidad no podía ocultar sus misterios a la sensibilidad de Pedro Peralta, tres veces Rector de San Marcos, quien advirtió los agravios en los repartimientos, la esclavitud en el trabajo, la servidumbre oprobiosa de los Indios en minas y obrajes, que causaron la decadencia de la raza; el desdén por el trabajo manual, considerado como expresión de inferioridad social.

En la etapa republicana, sanmarquinos salidos de estos claustros harían sentir la fuerza del pensamiento universitario en defensa de la libertad y la dignidad de los trabajadores.

Unanue inspiró el decreto del Libertador San Martín de 12 de agosto de 1821, que proclamó la libertad de los esclavos nacidos en el Perú desde el 28 de julio de ese año. Como Presidente del Consejo de Gobierno, expediría el decreto regulando el trabajo agrícola, a cargo de los esclavos negros, implantando medidas humanas y protectoras: José Gálvez, paladín de la corriente liberal y humanitarista, como colaborador de Castilla, influyó decisivamente en la preparación del decreto aboliendo el tributo de los indios.

En el presente siglo, José Matías Manzanilla, Rector de esta Universidad, habría de introducir en nuestra legislación, el principio del riesgo profesional y las normas protectoras de la mujer y del niño, por primera vez en América; José Antonio Encinas, Rector también de esta casa de estudios, luchó por otorgar al empleado un régimen de amparo y protección, y Edgardo Rebagliati, iniciaría en forma orgánica el régimen de la seguridad social para obreros y empleados. Son muchos más los universitarios de San Marcos, que bregaron por la implantación de normas protectoras del trabajo; pero por ser tantos resulta lamentable no poder citar a todos.

En el momento actual, el derecho del trabajo tiene plena autonomía científica. como rama independiente del derecho común. Pero su carácter progresivo y dinámico lo proyecta hacia los nuevos campos de la seguridad social, que ya se anuncia como el derecho de inmediato porvenir, dentro de un proceso de transformación constante. Las formaciones del derecho, de que habla Duguit, fueron en gran parte originadas por la irrupción en la vida social de nuevos hechos, resultantes de los cambios económicos y sociales determinados por el industrialismo, el capitalismo, las grandes concentraciones humanas. Estas nuevas formas no cabían dentro de los marcos del derecho tradicional, generando lo que Morín ha llamado la rebelión de los hechos contra las leyes, es decir, de la vida contra las fórmulas.

Porque el derecho y, principalmente el derecho laboral, no es, galería de arte, como decía Demogue. Es vida humana objetiva, dirá Recasens Siches. O más definitivamente, el recordado maestro Pérez Botija, diría que es vida, vida actual y actualizada; no una necrópolis de normas carentes de vitalidad, que se contenta con alcanzar una vigencia formal.

Son los acontecimientos y no las decisiones deliberadas del Estado y de los ciudadanos, los que han guiado la dirección y el control de la vida económica, dice Myrdal, en su Estado de futuro.

Los cambios fundamentales, afirma Manheim en su Diagnóstico de nuestro tiempo, pueden imputarse en último término a que estamos viviendo en una sociedad de masas y el gobierno de éstas no puede lograrse sin una serie de intervenciones y mejoras en el campo de las técnicas sociales, económicas y políticas. Lo que pueda hacerse en el futuro depende de la naturaleza objetiva de las relaciones organizadas en la fábrica. Es decir, de las necesidades que tiene que satisfacer y en parte de las tendencias prometedoras de la nueva época que se esfuerza por responder a esas necesidades en una forma nueva.

La mirada hacia el futuro ofrece la perspectiva de un mundo en el que los cambios tecnológicos, sociales y económicos influyen poderosamente en el ordenamiento jurídico. Así lo confirma la experiencia histórica. Los descubrimientos científicos, el aprovechamiento de las fuerzas de la naturaleza, originaron la revolución industrial, las concentraciones urbanas, la formación en las grandes ciudades, la presencia de la masa como personaje histórico, que se impacienta y se rebela, al decir de Ortega. Pero no sólo las masas de población dan sentido a la época actual. También existen las grandes empresas que concentran grandes masas de capitales.

Este fenómeno de nuestros días, ha dado vigencia. según Roepcke, al superlativo, al gigantismo, a la megalometría, al culto a lo colosal, que caracterizan, un estilo de vida, el espíritu del siglo, y se manifiesta en una misma medida, en el crecimiento inaudito de la población, el imperialismo. el socialismo, el industrialismo, el monopolismo, el estatismo, la arquitectura monumental, el dinamismo técnico, los ejércitos de masas, la concentración de los poderes del Estado, las ciudades gigantes, el gregarismo y aun la ópera de Wagner. Al mismo tiempo que el humanismo, se ha ido perdiendo el sentido de los valores humanos y de los valores en general. La vida se ha deshumanizado y el hombre se convierte en juguete de fuerzas extrahumanas e implacables.

Los progresos constantes de la tecnología van a influir decisivamente en la estructura de las relaciones sociales. No es imposible que el empleo de la energía nuclear en la industria cambie la fisonomía de los métodos de producción y origine una desconcentración de los complejos industriales y la disgregación de las grandes masas proletarias.

Anota Shelenberger que en el pasado los cambios tecnológicos y socioeconómicos revolucionaron o destruyeron industrias, culturas, costumbres, niveles de vida. religiones, imperios y aun civilizaciones. No debe esperarse que los cambios cada vez más rápidos en el futuro inmediato, tengan menos influencia. Basta considerar solamente los progresos de la electrónica que sustituirá el esfuerzo físico y mental del hombre. mientras de otro lado, la población aumenta a un ritmo que se duplica cada veinticinco años, originando la explosión demográfica, que constituye lo que se ha llamado una de las "grandes mareas" en los asuntos humanos.

En esta circunstancia histórica corresponde al hombre de derecho procurar que los progresos gigantescos de la técnica y las formas de organización no influyan negativamente en la estructura de las relaciones de trabajo, desvinculándolas del valor de la justicia.

La paz social debe reposar en un orden legal que satisfaga la aspiración de los hombres de lograr el imperio de lo justo, eliminando de las relaciones intersubjetivas. los gérmenes de la violencia; que el nombre se vea libre de necesidades apremiantes; que se realice un reparto equitativo de los bienes; que los salarios sean suficientes. que las pensiones de enfermedad, invalidez, vejez y muerte cubran los infortunios del trabajo y eliminen la angustia de la inseguridad.

La tarea es imperativa y es premiosa porque los progresos realizados por la tecnología son cada vez más veloces. Los investigadores científicos se organizan en equipos que cuentan con poderosos medios económicos. Se alienta la búsqueda de conocimiento. El progreso de los medios de comunicación actúa como multiplicador que al difundir los descubrimientos provoca otros nuevos, como una reacción en cadena. Se ha abierto paso a la que se llama "la revolución de la ciencia aplicada", y se ha dicho que conforme avance la ciencia, el futuro llegará más pronto.

Las conquistas médicas elevan el promedio de la vida, rompiendo los cálculos en que se basan los planes de la seguridad social. Mientras que, por otra parte, tendrá que buscar cómo satisfacer las necesidades de estos sobrevivientes de sí mismos. La consideración de estos temas no puede estar lejos de los hombres de hoy; menos de quienes por razón del oficio. "juslaboralistas". expertos en "seguridad social'', deben resolverlos.

El jurista tiene, pues, una enorme tarea por delante; y si quiere estar a la altura de los tiempos, no sólo debe proponer las fórmulas para realizar la justicia en el mundo de hoy, sino que debe prever las transformaciones que se vislumbran, para asegurar el imperio de la Justa convivencia entre los hombres.

Nunca como ahora se encuentra la humanidad ante una coyuntura que plantea el camino de la destrucción o el camino de la felicidad. Por eso es trascendente el papel del hombre de derecho de nuestro tiempo. Es el llamado a señalar las rutas hacia la comprensión y la armonía, a procurar que la adaptación de las leyes a los cambios futuros aseguren soluciones que satisfagan las necesidades de alimentación, vivienda, esparcimiento, el disfrute de los beneficios de la civilización. para que el hombre pueda mantener su integridad, su libertad, su dignidad.

El progreso de las ciencias no debe ser causa de temor o incertidumbre, presagios del aniquilamiento que anuncia el poeta que ve a la Tierra como un dado roído y ya redondo, que a fuerza de rodar por la aventura, se hundirá en el hueco de una inmensa sepultura. Los avances de la tecnología deben servir para que se cumpla el destino superior del hombre. Este es el acto de fe que se impone a la conciencia de los hombres de derecho y en especial a los laboralistas ibero-americanos, caballeros andantes de los tiempos nuevos, que sueñan con la justicia social y que bregan por su causa; quienes, para decirlo con los versos del cantor de América, llevan en el alma tres estrellas: el trabajo, que da fuerzas; la energía, que da audacia y el ensueño, que da gloria. Las tres gotas de sangre; los tres sellos de la herencia; los tres gritos de la raza.

domingo, 10 de septiembre de 2023

LA JUNTA NACIONAL DE JUSTICIA EN LA MIRA DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA - Por Jorge Rendón Vásquez

 




LA JUNTA NACIONAL DE JUSTICIA EN LA MIRA DEL CONGRESO DE LA REPÚBLICA

Por Jorge Rendón Vásquez

 

No, no es un chiste. Se investigan entre ellos.


El 7 de setiembre el Pleno del Congreso, todo ajetreado, encargó a la Comisión de Justicia y Derechos Humanos efectuar una investigación sumaria a los miembros de la Junta Nacional de Justicia por causa grave, dándole un plazo de 14 días para recibir sus descargos. El pedido lo hizo una congresista, que probablemente había recibido de su padre la fórmula para tramitarla con éxito en una sesión de espiritismo. Los acusaba:


1) de haber publicado un comunicado por el cual invocaban a los congresistas “mayor reflexión en torno a la acusación constitucional que se tramita contra la ex fiscal de la Nación Zoraida Ávalos Rivera” lo que para la acusadora “constituye una causa grave a su función”;


2) de que “al menos tres miembros de la Junta Nacional de Justicia habrían intentado presionar al Presidente del Poder Judicial y Juez Supremo Javier Arévalo Vela, así como a otros jueces supremos, a emitir un pronunciamiento institucional a favor de la ex Fiscal de la Nación Zoraida Ávalos”, pedido que dio lugar a una sala plena de la Corte Suprema el 3 de julio pasado en la cual la votación empatada fue dirimida por el juez Arévalo en el sentido de no pronunciarse a favor de Zoraida Ávalos;


3) de que el 23 de octubre de 2020 los miembros de la Junta Nacional de Justicia aprobaron una resolución estableciendo “como criterio complementario de interpretación (del inciso 3) del artículo 156 de la Constitución) que el ordenamiento jurídico determina límites de edad para acceder a ser miembro de la Junta Nacional de Justicia, mas no como límite del período de mandato o designación o causal de cese o vacancia” y que esa interpretación “contraviene el sentido auténtico de la norma constitucional”; se añadía que al hacerlo “los miembros de la Junta Nacional de Justicia han ejercido funciones que no tienen”.


La acusación concluía afirmando que “El Pleno de la Junta Nacional de Justicia ha perdido su imparcialidad y objetividad al atribuirse funciones que no le corresponden e impulsando acciones causidelictivas.”


La sanción, según el art. 157º de la Constitución, sería la remoción de los miembros del Consejo Nacional de Justicia por “causa grave” mediante acuerdo del Congreso por dos tercios de su número legal, o sea 87 votos.


Examinemos las causales aducidas.


Su análisis debe enmarcarse en las disposiciones de la Constitución sobre la Junta Nacional de Justicia y, en particular, en las funciones que le confiere, que han sido expuestas en el artículo 154º: nombrar, ratificar y sancionar a los jueces y fiscales de todos los niveles; extenderles el título oficial que los acredite; e informar anualmente al Congreso.

Por lo tanto, la actividad como tales de los miembros del Consejo Nacional de Justicia debe limitarse a estas disposiciones y a la norma del artículo 45º de la Constitución “El poder del Estado emana del pueblo. Quienes lo ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes establecen.” Una infracción de estas reglas constituye una causa grave que debe dar lugar al retiro de la función pública de quien la cometa, puesto que con ella demuestra que no está dispuesto a acatar las disposiciones constitucionales inherentes al cargo que se le confió.

Los puntos 2) y 3) reclaman un comentario más extenso.

En cuanto al punto 2), debe examinarse también la conducta de la Corte Suprema. Esta debió haber rechazado de plano esa petición, porque ni la Junta Nacional de Justicia tiene la facultad de hacerla ni la Corte Suprema la de de tratarla. Pero, según la moción de la congresista acusadora, la Sala Plena de la Corte Suprema deliberó sobre ella y la mitad de los 14 vocales se pronunciaron a favor. Dirimió el vocal presidente votando en contra. De haber sucedido esos hechos así, los vocales de la Corte Suprema habrían incurrido en causa grave susceptible de su procesamiento por el Congreso.

Con respecto al punto 3), es del todo evidente que no siendo función de la Junta Nacional de Justicia legislar, no debía haber aprobado la disposición por la cual se permite a sus miembros permanecer en sus cargos luego de haber cumplido 75 años. La norma constitucional es muy clara: “Para ser miembro de la Junta Nacional de Justicia se requiere: 3) Ser mayor de cuarenta y cinco (45), y menor de setenta y cinco (75) años.” (art. 156º). Quiere esto decir que se permanece en esta entidad mientras se tiene más de 45 años y menos de 75. Por lo tanto, de cumplir un miembro de esta Junta 75 años, se produce automáticamente su vacancia y, en tal caso, el Presidente de la Junta debe declararla, de conformidad con el art. 18º de la Ley Orgánica de la Junta Nacional de Justicia, 30916. De no hacerlo incurre en causa grave. La persona de la Junta de más de 75 años está, por consiguiente, usurpando una función pública con las consecuencias de esta irregularidad: la nulidad de sus actos, la devolución de las remuneraciones percibidas y la responsabilidad penal por la comisión de un delito.

Un comentario adicional requiere la tendencia a quedarse en la función pública luego de que se ha dejado de tener los requisitos para continuar en ella. Es claro: lo primero que importa es el sueldo del Estado, sobre todo si es cuantioso, pero, también el ejercicio del poder que los cargos implican y sus subproductos: los adicionales económicos, las prebendas, la influencia y el envanecimiento. Y, para ello, siempre hay forma de sacarle la vuelta a las normas constitucionales y legales. El caso más notorio es el de los miembros del Tribunal Constitucional, cuyo mandato debe durar cinco años, pero a los cuales su ley orgánica, inconstitucional en este aspecto, les permite quedarse hasta que el Congreso nombre a quienes deben sucederlos. Irónico, por decir lo menos, que un tribunal creado para garantizar la aplicación de la Constitución, la infrinja tan groseramente.

Y qué decir de los parlamentarios. El 90% de la población pide que se vayan y haya nuevas elecciones. Pero, ¡qué va¡ ¡No se oye, padre¡ El poder político y los 26,000 soles de sueldo mensual pesan.

Un tema conexo es la aptitud moral de los congresistas para sancionar por infracción de la Constitución. Cuando vacaron al presidente Pedro Castillo, infringieron de lo lindo la Constitución y el Reglamento del Congreso. Lo vacaron  ipso pucho. Y si ese acto fue nulo por violentar el debido proceso y prescindir de las causas, qué legalidad tiene la actual Presidenta.

En los manuales de ciencia política a esto se le conoce como una democracia subdesarrollada, pero tanto, que deja ya de ser democracia.

¿Qué harán los promotores de esta investigación en el Congreso? Si alcanzan los 87 votos, podrían remover a los miembros de la Junta Nacional de Justicia, en cuyo caso, estos serían sustituidos por los suplentes, de conformidad con el art. 155º de la Constitución; o quizás negocien con ellos para someterlos y obtener lo que quieran: el nombramiento de determinados jueces y de los jefes de la ONPE y la RENIEC.

(Comentos, 10/9/2023)

domingo, 20 de agosto de 2023

LA ARGENTINA Y MILEI - Por Jorge Rendón Vásquez

 



LA ARGENTINA Y MILEI

Por Jorge Rendón Vásquez

 

La Argentina tiene la tasa más alta de psiconálisis de América. Se psicoanalisan todos y hasta las mascotas. Parte de esta terapia son los sketchs políticos que suelen presentar algunos teatros de Buenos Aires. Están llenos y los espectadores se rien a mandíbula batiente. Pero, que salgan curados de estas sesiones individuales y colectivas es otro tema.

Ahora, en la Argentina han encontrado otro modo de psicoanalizarse. Alguien ha creado un personaje que recuerda a la Medusa de la mitología griega: un candidato a la presidencia de la República presentado en las Primarias, cuyas ideas parecen estar en su tupida cabellera, hirsuta, desordenada y estrambótica. Y ha impactado, por lo menos al 30% de los votantes que lo han aprobado con una sonrisa de satisfacción.

No es raro que muchos ciudadanos actúen así. No tienen otro modo de manifestar su disconformidad con la forma como se conduce al Estado y al gobierno, con una situación que les parece absurda. A fines de la década del ochenta del siglo pasado una parte de los electores italianos, hastiados de los partidos políticos, llevaron a la Cámara de Diputados a la Cicciolina, una actriz erótica de segunda. En el Brasil tuvieron más humor: en 1958, el rinoceronte Cacareco ganó una elección municipal en Sao Paulo.

¿Por qué protestan los argentinos que le dieron su voto a Milei?

No es para menos. El dólar sube cada día unos cuantos pesos. El dólar blue, el de la calle, el de la oferta y la demanda, está ahora a 720 pesos. Hace un año estaba a 260. Por lo tanto, todos los precios suben en esa proporción. En el Perú sabemos lo que es esto, porque el Apra y Alan García nos metieron en esta fatídica espiral entre 1985 y 1990.

Como al Estado argentino no le alcanzan los ingresos programados, el gobierno y el Banco Central emiten todos los días billetes nacionales sin respaldo y sin que nadie los contenga y con ellos paga a su personal y sus gastos.

Ni el Peronismo, ni el Macrismo han podido ni se han atrevido a parar esas emisiones inorgánicas de dinero.

Es claro, la pregunta que surge es ¿y por qué el Estado argentino tiene que gastar más de lo que puede recaudar como impuestos y tiene que prestarse dinero?

La respuesta es sencilla: porque subsidia una serie de bienes de consumo general: petróleo, gaz, electricidad, pasajes, ciertos servicios públicos, etc., subsidios que benefician a todos, a ricos y pobres por igual. Se colige que nadie en la Argentina tiene la intención de pagar el costo real de los bienes y servicios subsidiados. Y los electores, hecha ya su terapia con Milei, votarán por quienes les prometan con sus discursos, metáforas o silencio que las cosas continuarán como siempre.

Total, el show debe seguir.

(Comentos, 20/8/2023)

miércoles, 2 de agosto de 2023

CEREMONIA: CONDECORACION “ABOGADO EMERITO” DEL ILUSTRE COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA-Dr. JORGE RENDON VASQUEZ

 


CEREMONIA:

CONDECORACION “ABOGADO EMERITO” DEL ILUSTRE COLEGIO DE ABOGADOS DE LIMA

 

JUSTIFICACION

El Ilustre Colegio de Abogados de Lima, con más de 200 años de vida institucional, es la institución mas representativa de nuestro país, representante de los abogados y su larga tradición de aportes jurídico sociales a la vida nacional.

 

Representantes dignos de esta institución y del foro peruano han sido: José Matías Manzanilla, Mario Alzamora Valdez, Alberto Ulloa Sotomayor, Carlos Rodríguez Pastor, Javier Vargas Vargas, Luis Bramont Arias, Max Arias Schreiber Pezet, José León Barandiarán, Jorge Eugenio Castañeda, Carlos Fernández Sessarego, Fernando Vidal Ramírez, José Antonio Silva Vallejo, y una pléyade extensa de juristas que han engrandecido el foro peruano.

 

En ese sentido, es de suma importancia reconocer el aporte trascendental de los juristas miembros de la orden, que han engrandecido nuestra institución y cuyo aporte doctrinal y legal ha sido de suma importancia para el país y la sociedad y que ha contribuido grandemente en su desarrollo social mediante el derecho.

 

Por ello, uno de los mas grandes juristas peruanos vivos en la actualidad y que han aportado considerablemente con la protección social y legal de la sociedad mediante sus aportes doctrinales y legales en nuestro país es el aporte del doctor Jorge Rendón Vásquez, Profesor emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

 

Él mediante sus obras doctrinales en materia de derecho del trabajo y seguridad social han engrandecido grandemente el foro nacional y su aporte trascendental perdura en el tiempo. Asimismo, su aporte significativo en la legislación socio-laboral peruana continua vigente de manera general en nuestra legislación en materia laboral y pensionaria en nuestro país.

 

Por todas estas consideraciones el Ilustre Colegio de Abogados de Lima, tiene el deber y la obligación de rendir justo homenaje y reconocer el aporte trascendental de los abogados que han engrandecido la orden, es por ello que se hace necesario otorgar la mención y condecoración como “Abogado Emérito” del Ilustre Colegio de Abogados de Lima” al ilustre jurista Dr. Jorge Rendón Vásquez.

PROGRAMA:

Moderador:

Gabriel Pita Martínez

Oficial Mayor

Dr. Cesar Bazán Naveda  

Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Lima.

Dr. Francisco Gómez Valdez

Vicedecano del Colegio de Abogados de Lima.

  

Dr. Víctor Toro Llanos

Decano de la Facultad de Derecho de la UNMSM.

  

Dr. Francisco Javier Romero Montes

Ex vicedecano del Colegio de Abogados de Lima.

 

Dr. Jorge Rendon Vásquez

Profesor Emérito de la UNMSM.

 


 


domingo, 23 de julio de 2023

LA LLAMADA IZQUIERDA EN EL PERÚ ¿QUÉ ES? ¿QUÉ HA HECHO? EL FUTURO- Dr. Jorge Rendón Vásquez

 


LA LLAMADA IZQUIERDA EN EL PERÚ ¿QUÉ ES? ¿QUÉ HA HECHO? EL FUTURO

Por Jorge Rendón Vásquez

 

Definiciones aceptadas

Los términos derecha, centro e izquierda se han generalizado en el siglo XX, galopando sobre la división de la Asamblea Nacional francesa, luego 1789, entre quienes estaban por la revolución, que ocupaban las bancas de la izquierda, y quienes defendían al rey, que ocupaban las de la derecha. Pero, en el siglo XX, se les ha atribuido otras significaciones. A los partidarios de dejar la sociedad y el Estado como son, manteniendo los privilegios de las clases ricas, se les ha denominado en conjunto derecha; y, por el contrario, se ha designado como izquierda al conjunto de quienes quieren las reformas sociales que den como resultado una redistribución de la riqueza, por lo general moderada. En el fondo, los mentores de tales definiciones —ciertos intelectuales y el poder mediático europeo— se propusieron con ellas desterrar del vocabulario político los términos socialismo, comunismo y anarquismo que, de un modo u otro, suscitaban la idea de una revolución social.

 

Esas definiciones en el Perú

En el Perú, solo a partir de las primeras elecciones municipales de la década del ochenta, el poder mediático poseído por la oligarquía comenzó a designar como de izquierda a las agrupaciones que se reunieron en la Izquierda Unida y llevaron a la alcaldía de Lima a Alfonso Barrantes Lingán. Pero con esa denominación, el poder mediático ha buscado insuflar en lo que se denomina la opinión pública desde las ideas de improvisación y desorden hasta las de terrorismo. Contrariamente, según ese poder, el término derecha sugiere el orden, la paz social, la experiencia y un conservadorismo decente. A quienes no están del todo en esta derecha, los coloca en un púdico centro, bastante aceptable para él. En definitiva, con la clasificación derecha, centro e izquierda queda erradicada de la nomenclatura política la realidad de una sociedad dividida en clases sociales antagónicas y la necesidad de un cambio social a favor de las clases subyugadas.

Siendo la razón de ser de las agrupaciones de derecha, centro e izquierda, aceptada legalmente, la posibilidad de llegar al control del Estado para sobreponerse desde allí a la sociedad civil se debería suponer que, por lo menos, sus dirigentes conocen bastante bien la composición de la sociedad, su estructura económica y sus superestructuras política, legal y cultural y que, por lo tanto, cuentan con planes de gobierno y proyectos de leyes que hagan posible sus propósitos. Como el manejo del Estado ha evolucionado hasta convertirse en una actividad de profesionales aplicada a sectores muy diversos y complejos, debería ser obvio que los dirigentes de las agrupaciones políticas o algunos de sus militantes tienen la aptitud, los conocimientos y el nivel para dirigir a esos profesionales.

En nuestro país, no es así. La experiencia demuestra que solo algunas agrupaciones de derecha y de centro tuvieron (y ¿tienen?) algunos de esos dirigentes, por su cercanía histórica con el Estado al que tradicionalmente han manejado como cosa propia en representación de la oligarquía dueña de la mayor parte del poder económico. Y no han necesitado planes ni proyectos de cambio, puesto que para ellos la sociedad, la economía y las leyes no deben cambiar; les conviene dejarlas como están y que evolucionen solas, ya que les permiten continuar usufructuando la riqueza creada por los trabajadores, como hace siglos desde la conquista hispánica, aunque con nuevas formas. Más aún, en nuestro país, al poder empresarial no le ha convenido fomentar la organización de partidos políticos dirigidos por miembros de sus familias y ha preferido alquilar o financiar partidos organizados por aventureros a los cuales les ha sido relativamente fácil obtener el voto de ciudadanos manipulados por su propaganda y el poder mediático.

Pero tampoco los partidos y movimientos de la llamada izquierda han tenido un cuerpo de proyectos para cambiar de alguna forma nuestra sociedad y darles a las clases dependientes un nivel de vida mayor, los servicios públicos que necesitan y la posibilidad de elevarse profesionalmente. No los han tenido porque, por lo general, sus dirigentes desconocen la realidad social, carecen de una ideología coherente con esta que les señale los caminos hacia los cambios que se requieren, e ignoran el manejo del Estado. En suma, nunca se formaron para intervenir de manera competente en el juego político. Excluyo de esta caracterización al grupo de militares y civiles reunidos en el movimiento velasquista que realizaron los cambios más trascendentales de nuestra historia en los planos de la economía y del Estado.

 

Los fracasos de la llamada izquierda

La llamada izquierda accedió masivamente a intervenir en el Estado con las elecciones de 1978 para constituir la asamblea constituyente. Se presentó dividida en 7 agrupaciones que obtuvieron 35 representantes sobre 100, lo que era bastante. Sin embargo, en el curso de las sesiones, casi todos ellos no supieron de lo que se estaba tratando; y ello porque sus disquisiciones nada tenían que ver con nuestra realidad y mayormente con la realidad de ese momento. De hecho, el contenido del proyecto de Constitución, cuyas líneas generales fueron propuestas por el gobierno militar, de conformidad con el Plan Inca, fue manejado casi totalmente por los representantes del Partido Popular Cristiano (25 representantes) con el acuerdo de algunos representantes del Partido Aprista que había obtenido 37 votos. Fue una excepción el capítulo sobre el trabajo que propusieron los representantes dirigentes de la CGTP y que fue aprobado casi totalmente por el voto de los representantes de la izquierda y del Partido Aprista que eran dirigentes sindicales.[1]

En las elecciones de 1980, los seis grupos de la izquierda obtuvieron el 14.2%; y en las de 1985, la Izquierda Unida, integrada por seis grupos, logró el 25%. Sin embargo, su actividad en el Congreso de la República fue nula.

En las elecciones de 1990, los grupos de izquierda, divididos en  una Izquierda Unida y otra Izquierda Socialista consiguieron en total 9 senadores y 19 diputados. Todos ellos aprobaron las disposiciones del Congreso de 1991 que autorizaron al presidente Fujimori a introducir el neoliberalismo en el Perú, reduciendo los derechos sociales que el gobierno de Juan Velasco Alvarado les había dado a los trabajadores, privatizando casi todas las empresas del Estado y otras medidas correlativas.

Luego, los grupos de izquierda se redujeron hasta desaparecer la mayor parte y los demás a subsistir como pequeñas sectas. En las elecciones de 2011, el Partido Nacionalista de Ollanta Humala concedió algunas candidaturas a uno o dos grupos de estas de las cuales salió un representante.

En las elecciones de 2016, algunos grupos de izquierda apoyaron la candidatura a la presidencia de la República de una exmilitante del Partido Nacionalista que fue sugerida y relievada por el poder mediático como una opción controlable para neutralizar a una masa votante disconforme con su situación que podía llegar al 30% o más.

Las elecciones de 2021 dieron un resultado sorpresivo. Perú Libre, un pequeño partido de profesionales provincianos autodeclarados de izquierda, ganó la presidencia de la República y colocó a 37 representantes en el Congreso de la República sobre un total de 130. Fue una hazaña histórica, puesto que, por primera vez en la historia del Perú republicano, un hombre del pueblo, meztizo y trabajador llegaba a la primera magistratura de la nación. Era evidente que la oligarquía blanca, su poder mediático y sus aliados en las agrupaciones políticas, incluidos muchos de la izquierda capitalina, a la que se ha denominado caviar, no podían admitirlo y comenzaron a actuar para sacar del poder a ese maestro de escuela. Y lo lograron finalmente con la cooperación aberrante de este al leer un comunicado en el que anunciaba que disolvería el Congreso. Aunque esta lectura no configura delito, puesto que no lo hizo ni podía hacerlo, ni hubo tampoco rebelión y ni siquiera una tentativa de esta, los grupos de derecha, centro e izquierda en el Congreso de la República convirtieron ese comunicado en una causa de vacancia de la presidencia de la República y dieron un golpe de Estado: no solo destituyeron ilegalmente a Pedro Castillo, sino que lo enviaron a prisión donde se halla ahora.

La victoria de Perú Libre, en 2021, fue seguida de su fracaso en términos reales. Ni el Presidente de la República al que habían postulado ni sus representantes en el Congreso demostraron estar capacitados para el ejercicio de las funciones de gobierno, ni para enfrentar la campaña que contra ellos emprendió la oligarquía blanca, los grupos de derecha y de centro que la representan en el Congreso de la República y sus aliados directos e indirectos en la izquierda. En lugar de mantenerse unidos, Perú Libre y Pedro Castillo se prestaron al juego del ataque demoledor de la derecha y el poder mediático y se separaron. Juntos por el Perú contribuyó a esta separación al condicionar su apoyo a Castillo a dejar de lado a Perú Libre. El presidente de la República se rodeó de personajes de confianza menos que mediocres que posibilitaron la infiltración de algunos que querían obtener algo. Y, tanto la presidencia de la República como los representantes al Congreso de Perú Libre cerraron las puertas a la cooperación de los intelectuales y otros profesionales que podían suministrar ideas y proyectos de cambio necesarios y factibles.

En suma, estamos ante otro fracaso histórico de la izquierda o de los grupos que si titulan tales: Pedro Castillo encerrado en una prisión; Dina Boluarte, candidata a la vicepresidencia de la República por Perú Libre, entronizada en la presidencia por la derecha; Perú Libre y Juntos por el Perú dándole a la derecha los votos en el Congreso para vacar a Castillo y aprobar proyectos de ley lesivos a quienes votaron por ellos. La deslealtad enarbolada como bandera política.

 

Una mirada al futuro

Con este panorama de fondo, las multitudes provincianas que llegan a Lima a exigir que Dina Boluarte deje la presidencia, que haya elecciones inmediatas y que se convoque a una asamblea constituyente no encajan en las posibilidades legales y materiales para que suceda eso que piden. Si esas multitudes estuvieran inspiradas por una ideología y los correspondientes proyectos de reforma social, elaborados por intelectuales que conozcan a fondo la realidad social y sepan definirlos, el Perú estaría a las puertas de una revolución social. Pero no lo están. Si se supusiera que Dina Boluarte renunciara a la presidencia y hubiera elecciones ya ¿por quiénes votarían esas multitudes que protestan? Tendrían que votar por los partidos políticos inscritos, es decir por los mismos contra los cuales ellas protestan y por algunos otros resucitados por la oligarquía y el poder mediático, puesto que, excepto Perú Libre y Juntos por el Perú, las agrupaciones de la llamada izquierda carecen de inscripción y, por lo tanto, están fuera del juego. Es verosímil, además, que cada una de ellas nunca podría llegar a reunir las 28,000 firmas que se requieren para ser inscritas en el padrón de partidos políticos.

Con la exigencia de convocar a una asamblea constituyente sucede otro tanto. ¿Qué proyecto aprobarían los grupos de la llamada izquierda y algunos personajes espontáneos si fueran elegidos para integrarla? ¿Lo redactarían ellos o los representantes de la derecha y del centro? Si los sectores populares quieren una nueva constitución lo primero que deben hacer es encargar la redacción del proyecto a los profesionales que puedan hacerlo y tengan sus mismas inquietudes, y luchar por él.

En consecuencia es de prever que los grupos de la llamada izquierda continuarán su yerma vida como pequeños cenáculos o sectas o como ermitaños, rivalizando unos con otros, y odiándose por considerar a los otros apóstatas.

Ante esta perspectiva, parece obvio que las clases trabajadoras, los profesionales y los intelectuales, si quieren mejores servicios públicos, una redistribución equitativa de la riqueza social y las oportunidades de promoverse socialmente, tendrían que resetear su ámbito político, hallar una ideología de la que dimanen los proyectos de reforma que hagan posible esos cambios, organizarse con confianza y disciplina en un nuevo movimiento político y promover la formación de los cuadros que los dirijan.

(Comentos, 23/7/2023)



[1] Tuve a mi cargo la elaboración de este proyecto a pedido de los dirigentes de la CGTP.